martes. 19.03.2024

Caballeros Azules Españoles

"Las Fuerzas de la Paz de la Organización de Naciones Unidas (ONU) fueron creadas hace más de 60 años orientadas únicamente a crear y mantener la paz en zonas de conflicto"

Aeropuerto Internacional de Beirut, Rafic Al Hariri, convoys blancos con el signo de UN y enfrente de la puerta principal un grupo de cascos azules españoles realizando una gestión.

Un soldado llamado Alex responde con respeto y cariño a los saludos de los pasajeros libaneses que entran al edificio del aeropuerto, muestra del afecto que tiene la población hacia España.

Su uniforme de trabajo es militar, y llevan casco, en este caso azul y supone uno de sus símbolos identitarios, pero no por ello deben infundir temor. Todo lo contrario, rompen con los estereotipos históricamente fijados sobre cómo debe actuar un 'buen soldado'. Son capaces de conjugar a la perfección profesionalidad, desempeñando el papel militar que se les otorga en zonas de conflicto, y humanidad, teniendo siempre como objetivo la salvaguarda del mayor número posible de vidas humanas. Un hecho que les valió el reconocimiento mundial en 1988 con el Premio Nobel de la Paz.

Las Fuerzas de la Paz de la Organización de Naciones Unidas (ONU) fueron creadas hace más de 60 años y son mundialmente conocidas como cascos azules. Sus esfuerzos están orientados únicamente a crear y mantener la paz en zonas de conflicto bien sea causado por guerras o por catástrofes de cualquier otra índole. Por ello, encontrarse entre sus filas implica que se poseen cualidades muy humanas, ya que deben lidiar en su trabajo diario con el desconsuelo y la desolación provocados por la barbarie, y en numerosas ocasiones en espacios en los cuales parece imposible que el horror llegue a desaparecer. Auténticos polvorines.

Mención destacada merecen los contingentes españoles. Especialmente en una zona muy agitada del planeta como es Líbano, en su sector este. En 2006 desembarcaron en su playas y desde entonces allí continúan en la base Miguel de Cervantes de Marjayoun. Aunque la situación se encuentra más calmada que hace trece años su papel no deja de ser importante ya que controlan una de las zonas más delicadas colindante con Siria y las Granjas de Sheeba. Punto caliente del territorio desde los años 70 del siglo pasado. Aproximadamente 20.000 españoles han desarrollado su labor en territorio libanés, y como es indudable, su buen hacer ha dejado mella en la sociedad del país de Oriente Medio.

Un país, Líbano, paladín de la diversidad, en el que conviven grupos de diferentes religiones y de distintos orígenes geográficos. Pero todos ellos,independientemente de su visión del mundo, han sufrido los estragos de las guerras, los desabastecimientos y las masacres. Pero además de ello hay otro factor que les une. Y es el reconocimiento y el agradecimiento a la labor desempeñada por estos soldados españoles. Siempre con una sonrisa y dispuestos a ayudar allí donde se les necesite, su labor social ha sido y es fundamental para la mejora de las condiciones de la sociedad libanesa.

Una relación entre la sociedad libanesa y los soldados españoles en la que se puede decir incluso que la admiración es mutua. Los contingentes que allí se encuentran no dudan en remarcar la amabilidad de la población, su buena acogida caracterizada por la hospitalidad a pesar de su situación. Así como las similitudes entre el país árabe y España, tanto en clima, gastronomía o cultura. En definitiva, unos soldados con cascos azules conscientes de que el mejor modo de reponerse ante una catástrofe es la calidez humana, la comprensión, y una mano amiga que nos ayuda a levantarnos como corresponde a los auténticos caballeros.

Foto: ONU/Marie Frechon

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