martes. 19.03.2024

Irán, diálogo necesario

El odio ciega al ser humano sin permitirle extender su mirada más allá de sus propios prejuicios. En el día a día, en la sociedad actual, la generalización y las afirmaciones previas al primer contacto con una persona que no conocemos son dos grandes problemas a combatir en el ámbito de las relaciones personales. Estos dos “defectos” marcan nuestra manera de actuar y nuestras respuestas ante las acciones del prójimo.

Esta situación cotidiana se convierte en algo peligroso y muy dañino cuando lo extrapolamos a otros ámbitos de mayor trascendencia como las relaciones internacionales, los juegos diplomáticos o simplemente el trato entre dos pueblos vecinos. Un ejemplo lo encontramos en Oriente Medio, donde la amalgama de culturas, religiones y visiones del mundo mantiene en un constante enfrentamiento a diferentes naciones, como es el caso de Irán con algunos de sus vecinos.

¿A qué se debe esta situación? La propia historia de la zona, con alianzas y guerras… Los enfrentamientos entre suníes y chiíes, zonas de influencia disputadas y el tema nuclear fundamentalmente, son algunas de las causas que han contribuido a levantar un muro infranqueable entre la antigua Persia y sus países limítrofes.

Las posturas pasadas marcadas por la guerra fría han contribuido a generar una atmósfera de desconfianza y revanchismo que impiden un avance cordial y al unísono de la zona. En este contexto se mezclan los problemas comentados al comienzo: los prejuicios y generalizaciones que se extienden y dejan toda una sociedad estigmatizada.

La única vía para acabar con esta situación es la promoción de los rasgos comunes que describen a la comunidad islámica. Unas peculiaridades labradas a lo largo del tiempo y de vital importancia en el desarrollo de la historia europea y de oriente. De este modo, la tendencia variará, y se verá a Irán como una oportunidad y no como una amenaza a la hora de combatir el terrorismo y las distintas problemáticas relacionadas con Oriente Medio.

La visión negativa sobre Irán, que en numerosas ocasiones domina las esferas de la política y economía mundiales, “ciegan” a la sociedad mediante unos parches que impiden aprovechar la oportunidad de tener contactos con una sociedad extensa, joven, dinámica y formada. Además, gran parte de los exiliados persas han superado los años de la diferencia y han continuado sus vidas tanto en Europa como en Estados Unidos. Un sector de la sociedad con una alta formación y orgullosa de sus raíces históricas, y por lo tanto dispuesta a alcanzar la regeneración de su país.

Como en todo conflicto, la búsqueda del consenso y la armonía es la opción más segura y prometedora a largo tiempo. La sociedad iraní reclama una reconciliación con sus vecinos de Oriente Medio así como con la opinión pública internacional. La construcción de sólidos puentes del respeto y el entendimiento deben ser el primer paso para un acuerdo global en toda la zona donde no haya ni vencedores ni vencidos.

Irán, diálogo necesario
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