sábado. 20.04.2024

Pantalones provisionales, una trampa

"Me terminé comprando unos de «terceras rebajas» por 9,90 euros. Feos, horrorosos, de costuras vistas y un azul demasiado oscuro. Pero como era para un momentito..."

No cometas el mismo error. Los vaqueros provisionales que me compré "de emergencia" mientras me daba una semana de plazo para perder esos dos kilitos de nada, están a punto de convertirse en "esos vaqueros en los que volveré a entrar por mis santos ovarios". 

 «¡No lo hagas! Es preferible ir embutida -a riesgo de parecer pelín choni-, en continua penitencia que te recuerde tus gastro-pecados y poner remedio». Eso me decía Katia (tan práctica ella) cuando se me ocurrió contar en facebook que me acababa de comprar unos vaqueros provisionales. Al momento, se abrió un debate importante entre las chicas de la belleza y la moda. 

Carla abría la caja de Pandora escribiendo que mi consejo le llegaba demasiado tarde. Somos legión. La deliciosa María presumía de seguir entrando en la 26 después de tener dos hijos (pero es tan deliciosa que no la hemos cogido tirria ni nada). Stefanie (siempre taaaan acertada que si comenta es para sentenciar con elegancia) comparaba el caso con ese mueble de Ikea que compras provisionalmente mientras encuentras uno mejor, y que termina siendo un objeto decorativo vintage. Pero fue Mamen, con su característico toque de sweet ironía, la que dio con la clave escribiendo una frase que, según decía, en su familia debe tener tintes de lema: «No hay nada más definitivo que lo provisional». 

Ahí hay tema de tesis doctoral, y post, me dije. Uff, que si hay...

Esas cajas que se quedan en el trastero a la espera de una semana tranquila y con ganas para colocarlas bien...

La caja blanca de forma cúbica a la que cuando hacen rayones doy una manita de pintura y todo en vez de comprar una de verdad, y que hace las veces de mesilla de noche de Criaturita 2. 

Esos cuadros que se quedan para siempre apoyados en la pared esperando a que alguien desempolve la Black&Decker...

El comedor heredado y que no te acaba de convencer que aceptaste mientras encontrabas el de tus sueños y en el que ya sabes que comerán tus nietos...

Ese novio con el que empezaste por aquello de «no está mal mientras me sale otro» y que al final te partió el corazón cuando a él sí le salió otra mejor...

Tienen toda la razón del mundo en casa de Mamen.

Pero volviendo a los vaqueros, diré que lo peor no es pasar de la 28 a la 30 (nomenclatura H&M). 

Lo más peor es que, por lo general, una se compra los más baratos de la tienda -al fin y al cabo es un gasto innecesario y provisional- y los más feos -no vaya a ser que se encariñe demasiado y se abandone-.

Yo, concretamente, buscaba esos que han relanzado esta temporada, de efecto lavado a la piedra. Capaz iba a ser de estar una semana a base de sobres proteicos con tal de librarme de ellos-. Pero justo cuando se necesitan... no había. 

Me terminé comprando unos de «terceras rebajas» por 9,90 euros. Feos, horrorosos, de costuras vistas y un azul demasiado oscuro.  Pero como era para un momentito...

Momentito, ja ja. Al final hasta les he cogido cariño, y por si fuera poco, han empezado a apretarme...

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Pantalones provisionales, una trampa
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