viernes. 29.03.2024

Bienvenida princesa

"El nacimiento de esta niña me ha recordado que la vida se abre paso y que es mejor tener fe en la humanidad"
familia Geles

Pletórica y reconfortada me siento. Reconfortada con el mundo y con Qatar. Porque ayer nació una princesa que ya es sobrina nuestra aunque no tengamos la misma sangre. Las últimas semanas mi actitud ha sido algo negativa e, incluso, con una pizca de pesimismo ante el mundo. Pero el nacimiento de esta niña me ha recordado que la vida se abre paso y que es mejor tener fe en la humanidad.

El bebé tenía prisa por llegar y lo hizo un mes antes de lo esperado. Nació ayer y todavía no tiene nombre, aunque quizá la llamen Talia o Talya. Como todos los niños, ha sido una bendición. Y yo decía que me siento reconfortada con Qatar porque, a pesar de llevar todo el verano quejándome del país y de lo dura que me está resultando esta calina, pues es por estar aquí que he encontrado a mi familia qatarí, una familia que sigue aumentando. Y ya tenemos cinco sobrinos. Las dos sevillanas, más mayores que los otros, son cariñosas y son preciosas como dos soles. Bebé Alma ya ha cumplido un año. Posee esa belleza y esa fortaleza que tienen los mestizajes y nos recuerda, con su sola existencia, que el mundo no se divide en dos. Hija de egipcio y de española, nos demuestra que los humanos somos humanos y que el resto de etiquetas o de bandos no son más que una invención de algunos.

Al hermano de Talia lo conocí cuando apenas contaba un mes de vida. Él y su madre acababan de aterrizar en Qatar y yo también era una recién llegada en estas tierras. Es un niño encantador y yo lo siento como parte de mi familia. Como a sus padres. A lo largo de estos casi cuatro años me han demostrado que están ahí. Cada vez que he necesitado algo –y es que la vida en este país no siempre ha sido fácil- ellos han estado conmigo. No me refiero a que me hayan ofrecido ayuda, eso se hace de cumplimiento (cumplo y miento), sino que han estado de verdad y me que han apoyado.

Aya y Mohamed son una pareja admirable. Bueno, más que una pareja son ya una familia y muy joven, por cierto. Poseen una calidad humana y unos valores que yo he visto pocas veces. Por eso su hijo es como es y por eso Talia también lo será. Esos niños están en buenas manos. Como hemos hecho con su hermano, a la princesa le hablaremos en español, para que lo aprenda. Ya están sus padres para que enseñarle el árabe y el colegio para el inglés. Además, casualidades (¿o no?) de la vida, Aya estudió filología española.

Ayer disfrutamos de un rato divertido en el hospital. Ella se reía, con el consecuente tirón de puntos cada vez, pero no nos podíamos aguantar porque estábamos todos felices y, además, estaba mi amiga Chelo, que es inevitablemente divertida.

Como el nombre todavía no está decidido, pues contamos todas las anécdotas que conocíamos sobre la onomástica en nuestras familias y las costumbres de nuestros países. Por simple curiosidad también les preguntamos si ellos tenían algún ritual de iniciación como tenemos nosotros el bautizo. Y no, no lo hay. Por cierto, a mí me parece bien no nacer con pecados originales heredados de otras personas. El caso es que sí celebran una fiesta y cuando salgan del hospital ya la tendremos. Y sí llevan a cabo algunas costumbres, como dar dinero para los necesitados cuando nace un bebé. O susurrarle al oído unas palabras relacionadas con el Corán. Esto lo suele hacer el padre al momento de nacer  y así lo había sido esa mañana.

Así que me siento feliz por esta nueva vida y también feliz por la vida. Bienvenida al mundo, princesa. Este lugar puede resultar árido y difícil de entender en algunos momentos. Pero es maravilloso y extraordinario. Naces bien rodeada, recibirás amor y adquirirás valores desde el principio. Este mundo es un buen sitio. ¡Bienvenida, princesa!

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Bienvenida princesa
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