viernes. 29.03.2024

¿Elegimos o nos dejamos llevar?

"Entonces, ¿tomamos nosotros las decisiones o es la vida y las circunstancias quienes dirigen? No lo tengo tan claro, pero me inclino a pensar en que es Dios o el Universo quien mueve los hilos"

Hace unos meses regresó a España uno de mis amigos. No sé qué pasó, pero el año pasado resultó ser un tiempo de despedidas. El caso es que mantuvimos una conversación antes de que se marchara. Sobre cómo habíamos llegado a Qatar o cómo habían transcurridos los sucesos más críticos de nuestras vidas. Parecía que nos habíamos dejado llevar, que las circunstancias nos arrastraban, que éramos sujetos pasivos de un guión más poderoso que nosotros. El zaragozano me dijo que había decidido parar esa tendencia. A partir de entonces, sería él quien tomase las riendas de su destino, y no una hoja que se mece al viento.

Escuchando sus argumentos me pareció que así era. Tomemos las decisiones, guiemos nuestras vidas... ¡no nos dejemos llevar!

Pero ha transcurrido el tiempo y yo soy una mujer de pensamientos cambiantes. Sí... soy inconsistente y chaquetera o flexible y transigente, según se vea esto como una cualidad positiva o como un defecto. Y he cambiado de parecer. Ya no estoy tan segura de que seamos nosotros quienes tomamos nuestras decisiones.

De pequeña solía quejarme con mis padres. ¿Por qué nos mudamos otra vez? ¿Por qué tengo que cambiar de colegio? ¿Por qué no vivimos en una casa más bonita? Y siempre respondían que no habían podido elegir, que eran las circunstancias. Entonces yo, malhumorada y orgullosa, pensaba que a mí eso no me iba a suceder. De mayor, tomaría yo las decisiones de mi vida. Y estaba convencida de que así sería (ay, orgullo, qué presente has estado siempre).

Durante mis años como ferviente seguidora de la psicología positiva me hicieron creer que nosotros somos los arquitectos de nuestro destino. Esto suena muy cursi y está manido, pero a mí me gustaba y la metáfora deja en buen lugar a mi gremio. Algunos autores hablaban de objetivos. Primero has de saber lo qué quieres, tenerlo claro y bien definido. En segundo lugar, debes trazar la estrategia (de ahí lo de arquitectos). Y una vez marcada, comenzar a construirla pasito o pasito. Yo me lo creí todo a pies juntillas. Establecí unos objetivos que ni tan siquiera eran los míos y después, definí una hoja de ruta. Pero la vida tenía un guión distinto preparado para mí. Creo que la vida tiene un guión dispuesto para cada uno de nosotros.

Piensa en las decisiones importantes de tu vida. La formación que elegiste, tus trabajos, tus relaciones, tus hijos... Y una de ellas es la emigración. No todo el mundo se cambia de país a lo largo de una vida, pero quedarse también es una decisión. Si pienso en mi familia, mi madre fue emigrante en Francia y yo lo soy en Qatar. Pero personas como mi padre o mi hermano, también han tenido la ocasión, en un momento de su vida alguien les dijo "vente a Australia" al uno o "vente a Londres" al otro. Y escogieron, eligieron quedarse en España. Y esto, que yo sepa, también es una decisión (aunque no sé si vino de ellos o de la situación).

Entonces, ¿tomamos nosotros las decisiones o es la vida y las circunstancias quienes dirigen? No lo tengo tan claro, pero me inclino a pensar en que es Dios o el Universo quien mueve los hilos. Sé que esto me va a costar unas cuantas críticas. Por ser este un pensamiento infantil y yo, una seguidora de la 'New Age' y un poco 'magufa'. También puede parecer que es una postura determinista para no hacerme responsable de mi vida. Eso sí... pienso que hemos de hacernos cargo de nuestras vidas. Siempre, aunque solo exista un camino por el que seguir.

El caso es que vivir en Oriente Medio me permite observar cómo muchos occidentales han terminado trasladándose aquí. Y cómo muchos otros establecen el momento de volver. ¿Decidimos o nos lleva la vida? ¿A ti qué te parece?

A mí me parece que elige la vida pero que nosotros debemos liderar, empoderarnos y tener una intención. El camino o los caminos nos van a venir marcados, pero somos nosotros quienes guiamos al caballo (o dejamos las riendas libres y a su suerte). A veces solo hay un camino. En ocasiones, es heterogéneo y elegimos la parte de este sobre la que cabalgar y otras veces, eso sí, existen bifurcaciones. Cuando aparecen, ¿elegimos o nos dejamos llevar?

¿Elegimos o nos dejamos llevar?
Comentarios