jueves. 28.03.2024

Estar entre amigos

"Son las personas, conocidas en el destierro, las que nos salvan de la vida en cada país de acogida"
Reunión de españoles en qatar

La vida en los países del Golfo resulta árida y hostil en muchas ocasiones para una persona europea. Influyen múltiples factores y también supongo que habrá diferencias según el país en el que nos encontremos. Yo solo he vivido en Qatar y mi punto de vista está basado en mi experiencia particular, aunque creo que hay muchas similitudes en todos los casos. Es más, las hay entre todos los expatriados, allá donde se hallen. 

El caso es que hay algo aquí que nos rescata de la oscuridad, que nos endulza la amargura del exilio y que nos alegra la vida, en definitiva. Son los amigos

Ayer disfruté de una cena íntima entre españoles. Durante las horas que compartimos me sentí en Utiel más que en Oriente, en el pueblo de nuestra anfitriona y que yo había visitado tantas veces cuando vivía en España. A pesar de conocerlos desde hace pocas semanas y aunque nos hemos visto pocas veces, me han tratado desde el principio como si fuera su amiga de toda la vida y me han cuidado como a una más de ellos.

Todos los expatriados conocemos esta sensación: estar entre los nuestros, sentirnos en casa aun estando a miles de kilómetros. Afecto, cariño y compañía. Así la vida en Qatar es más cómoda. 

Por supuesto que echo de menos a mi familia. Mucho. También a mis amigos de España. Pero con el paso del tiempo y la fortuna de cruzarte con determinadas personas, se van forjando los lazos. Puedo decir con agradecimiento que tengo una familia en Doha, que dos de mis sobrinas son sevillanas, uno es egipcio y la recién llegada, nuestra baby Alma es egipcia y española a la vez. 

Esta fraternidad tiene espinas de vez en cuando, con forma de despedidas, como la que tendremos dentro de dos meses cuando se vayan Sandra y Miki. Eso sí, vamos a disfrutarlos hasta el último día que estén aquí. Y después, ya los visitaremos en Madrid. 

Además de mi familia (principalmente egipcio-española), me he cruzado con personas de las que ya nunca me separaré, aunque vivamos lejos, como mi amiga iraní. 

Hay mención especial para la que siempre va a ser mi gran compañera de aventuras, mi querida Chelo. Mi vida en Qatar es fácil teniéndola a ella cerca. 

Creo que me he puesto un poco ñoña con este momento de exaltación de la amistad, ¿pero cómo no hacerlo? Dos circunstancias se han dado casi al mismo tiempo para poder reconocerlo. Una ha sido la visita de mis padres, en la que han visto que a pesar de la  aridez del país, estoy bien rodeada y que las personas que tengo cerca me ayudarán antes, incluso, de que yo lo pida. Y la segunda circunstancia ha sido que mis nuevos amigos “de correos” (los llamo así pues allí fue donde los conocí), me han abierto las puertas de sus vidas y lo han hecho con mucho cariño. 

Y yo no sé si he sido afortunada o si hice algo bueno en vidas anteriores, el caso es que disfruto de personas maravillosas a mi alrededor y doy gracias por ello. 

Por conversaciones mantenidas con otros compatriotas, no me parece el mío un caso aislado. Son las personas, a cuya mayoría hemos conocido en el destierro, las que nos salvan de la vida en cada país de acogida. Las que nos rescatan de la desidia y las que nos endulzan los días. Y hoy, que me he puesto tierna, quiero enaltecer la amistad y dar gracias a las personas que tengo cerca.

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