jueves. 28.03.2024

Reuniones de oración

"La sensación de pertenecer a un grupo me reconforta. Desde que la empresa grande nos ha absorbido, los cristianos volvemos a ser minoría y la pertenencia a la tribu me produce bienestar"
En la imagen que ilustra el texto, cristianos durante la misa de Nochebuena en la iglesia de San Antonio de Padua en el emirato de Ras Al Khaimah. (EL CORREO DEL GOLFO)

Han transcurrido casi dos años desde que trabajo en esta empresa. A diferencia de las anteriores en las que he estado en Qatar, hay bastantes cristianos. Además, son practicantes de esta religión y fervientes seguidores de Jesús.

Cuando alguien pregunta por mi religión, digo que soy cristiana. Católica, si hay que especificar más. Esto es algo que muchos de mis amigos en España no entienden. No vas a misa, no consideras que el mundo sea tal y como cuenta la Biblia y ni tienes demasiado claro (por no decir nada) que Jesús fuera el hijo de Dios. En este punto yo les explico que ser cristiana forma parte de mi identidad y de mi cultura. Me he criado en un país católico y eso ha calado en nosotros mucho más de lo que pensamos (incluyendo su parte buena y su lado menos simpático).

Y yo pertenezco a esta comunidad. Es como ser española, no significa un patriotismo por el que yo pelearía. No es mejor ni peor que “ser de” otra nacionalidad. Pero es la mía. Y de ahí viene mi clan, en ese contexto me conformé. Y también entre cristianos.

Hace cuatro años llegué a Oriente Medio y pasé a formar parte de una minoría. No soy musulmana. Sí respetada, pero no comulgo con la fe oficial del país ni con la practicada por la mayoría de mis conciudadanos. Aquí he de aclarar que los musulmanes por lo general sienten una profunda simpatía y cercanía hacia los cristianos. Decía mi ex que nosotros estábamos casi, casi en lo cierto y que nos habíamos despistado en un par de detalles sin gran relevancia.

Y así llego yo a esta empresa y encuentro muchos compañeros cristianos. No se trabaja el día de Navidad y hay felicitación oficial en Semana Santa. Profese o no mi religión, este hecho me hace sentirme más “en casa”.

Lo que no me hizo tanta gracia fue sentir ciertas presiones por parte de alguna compañera, cuestiones del tipo “¿por qué no vas a misa?” o “no te olvides de rezar”. Entonces me di cuenta de que fuera de Europa las sociedades siguen manteniéndose mucho más cerca de las religiones que en nuestro continente. No he dicho más cerca de Dios (llámese del modo que se quiera), sino de la religión.

Mis compañeros, que en su mayoría son de Sudáfrica, de Filipinas y de la India, cada día nombran a Jesús y se sienten muy orgullosos de ser buenos cristianos. En aquella época, si yo me hubiera considerado atea, no me habría atrevido a decirlo.

El caso es que decidí asistir a una de esas reuniones de oración que celebraban los miércoles a las siete y media de la mañana. Lo hice al principio por curiosidad y, sobre todo, por escaquearme del trabajo durante treinta minutos. De aquello ha transcurrido ya más de un año. Ahora acudo de manera regular por lo que me aportan. Básicamente damos gracias a Dios y pedimos por nosotros, por nuestras familias, por la empresa y por el mundo. Compartimos preocupaciones y a veces se lee algún pasaje de la Biblia. Yo descarto todo el folklore y me quedo con el resto.

En primer lugar, la sensación de pertenecer a un grupo me reconforta. Desde que la empresa grande nos ha absorbido, los cristianos volvemos a ser minoría y la pertenencia a la tribu me produce bienestar. Por otra parte, dar gracias y pedir a Dios es gratificante. Por estas dos razones continúo asistiendo a la oración de los miércoles.

Para concluir, voy a parafrasear al psiquiatra Claudio Naranjo, al que tanto admiro. Creo que lo que tienen de bueno las religiones es lo que todas ellas tienen en común. Y con eso es con lo que yo me quedo. En las oraciones de los miércoles o dondequiera que esté.

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En la imagen que ilustra el texto, cristianos durante la misa de Nochebuena en la iglesia de San Antonio de Padua en el emirato de Ras Al Khaimah. (EL CORREO DEL GOLFO)

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