viernes. 29.03.2024

Cristianos en Oriente Medio

"En Emiratos Árabes, por ejemplo, no hay riesgo de que desaparezcan los cristianos. Es necesario más rigor por parte del Papa Francisco a la hora de abordar estas cuestiones tan sensibles"
Impresionante imagen de la iglesia San Antonio de Padua en RAK. (EL CORREO)

Cuando se habla de Oriente Medio no se puede generalizar. Ni aunque se sea el Papa. Es una región demasiado extensa, y aunque en muchos casos en los países que la integran se profesa el Islam, son numerosas las sensibilidades que aglutina, los aspectos culturales, las tendencias actuales y, por supuesto, la forma de afrontar la diversidad religiosa que dibuja la población residente. Generalizar es muy injusto. Y también peligroso.

El Papa Francisco dijo hace un par de días en Bari (Italia) muchas certezas. Clamó contra "guerra, violencia y destrucción, ocupaciones y diversas formas de fundamentalismo, migraciones forzosas y abandono". Y, además, puso el dedo en la llaga cuando sentenció que  "no se puede levantar la voz para hablar de paz mientras a escondidas se siguen desenfrenadas carreras de rearme".

"¡Basta del beneficio de unos pocos a costa de la piel de muchos! ¡Basta de las ocupaciones de las tierras que desgarran a los pueblos! ¡Basta de usar a Oriente Medio para obtener beneficios ajenos a Oriente Medio! ¡Basta con el prevalecer de las verdades parciales a costa de las esperanzas de la gente!", afirmó.

Y ahí, precisamente, es donde quiero ir yo. A las verdades parciales, a las medias verdades. Porque Su Santidad también aseguró que "la región corre el riesgo de quedarse sin cristianos". Una generalización -una medio verdad- que como mínimo es manifiestamente errónea.

Escribo sobre lo que conozco. Sobre lo que veo en Emiratos Árabes Unidos día a día. Un país donde se respeta el cristianismo y también otras muchas confesiones. Aquí, que es el lugar en el que vivo y trabajo junto a mi familia, hay miles y miles de seguidores de la cruz. Sólo los católicos suman alrededor del millón

Las misas son multitudinarias. En Nochebuena o en Viernes Santo no se cabe en los templos. Donde, justo es decirlo, la devoción es infinitamente mayor que, por ejemplo, en España. En algunos casos mezquitas e iglesias comparten incluso el aparcamiento. Y no ocurre absolutamente nada. Al contrario, la sana convivencia es total. Y como prueba valga que hasta ministros de Emiratos acuden a las inauguraciones de los nuevos templos. Es más, he visto a mulmanes vestidos con kandora y turbante asistir a misas con sumo respeto.

Estoy convencido de que los sacerdotes -y algún obispo- que aquí evangelizan pueden confirmar al Papa todos estos aspectos a los que me refiero. Que en Emiratos Árabes hay cristianos. Y que no sólo no disminuyen en número sino que crecen y crecen, especialmente de la mano de indios y de filipinos. Y si Palestina es Oriente Medio, el Golfo aún lo es más.

Aquí no hay riesgo de que desaparezcan los cristianos. Es necesario más rigor por parte del máximo representante de millones de personas a la hora de abordar estas cuestiones tan sensibles. Porque las generalizaciones o, como el Papa dice, las "verdades parciales", no son la mejor prescripción para una tierra que, pese a "guerra, violencia, destrucción y ocupaciones", busca la paz.

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En la imagen superior, perspectiva desde el coro de la nave central de la iglesia de San Antonio de Padua en el emirato de Ras Al Khaimah durante la Nochebuena de 2017. (EL CORREO)

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