sábado. 20.04.2024

Viajar sin seguro

"No se puede viajar sin un seguro que garantice las coberturas sanitarias más elementales, como es el caso de los gastos médicos, quirúrgicos, farmaceúticos y de hospitalización"
Una imagen a modo ilustrativo. (Fuente externa).

El caso de la española Felicidad Pons Gomila, que ha sufrido una neumonía severa que le hizo entrar en estado de coma mientras se encontraba de visita en Emiratos Árabes Unidos, ha puesto de manifiesto -una vez más- que a esta parte de planeta -ni a otras- no se puede viajar sin un seguro que garantice las coberturas sanitarias más elementales, como es el caso de los gastos médicos, quirúrgicos, farmaceúticos y de hospitalización. Ese apartado es la madre del cordero. Y desgraciadamente, Felicidad sólo tenía una poliza derivada de su tarjeta de crédito que atendía exclusivamente accidente, muerte o minusvalía.

Por fortuna, la española afectada ya se recupera de forma favorable en España. Sin duda es lo fundamental. La parte negativa se encuentra en que la factura por su internamiento en un hospital de Dubai ha ascendido a una cifra muy elevada. La experiencia debe hacernos reflexionar seriamente, fundamentalmente a quienes vivimos en este país y que con frecuencia recibimos visitas de familiares y amigos. Es primordial que antes de salir del punto de origen se contrate un seguro de viaje en condiciones. Muy importante confirmar las coberturas y el dinero que se contempla en la poliza para cada una de las situaciones. Asimismo es esencial tener claro con quién se debe contactar en caso de sufrir un emergencia.

Quiero incidir en un aspecto que, normalmente, se halla relacionado con lo anterior: responsabilizar a la Embajada del país del ciudadano en cuestión de todos nuestros males y de la falta de soluciones. Ocurre cada vez que nos vemos envueltos en un problema en el extranjero. Ni es justo ni procedente. Y con Felicidad Pons ha vuelto a pasar. Su hijo, Francisco Vallejo, un reconocido ajedrecista, ha criticado la atención consular recibida, cuando en todo momento ha estado asistido y ayudado por personal de la delegación diplomática. Realmente es poner en la diana a quien ni de lejos corresponde.

En estas circunstancias siempre escribo lo mismo: para escapar de las consecuencias de nuestros propios actos solemos recurrir a culpabilizar a terceros, que además lo que hacen es ayudar. También muy injusto. Y, voy un poco más allá, muy desagradecido. Lo lógico es que antes de la salida de su madre de España el señor Vallejo se hubiera asegurado de que contaba con un seguro con suficientes garantías y no confiarse a que con la tarjeta de crédito tenía las coberturas necesarias. Hay que leer la letra pequeña, e incluso la gorda.

Un lector acaba de dejar en la noticia publicada sobre el tema que escribo el siguiente mensaje: "Cuando se viaja a un país extranjero se debe contratar, a mayores de lo que cubre una tarjeta de crédito, un seguro médico, en mi caso el seguro AGI, por 36 euros, que tuve que usar y me cubrió un gasto médico de 6.000 euros. Después aún nos quejamos de nuestra Seguridad Social. En todo el mundo las clínicas privadas no son gratis". Más claro no se puede explicar.

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