martes. 19.03.2024

Tolerancia

“Tengo tan interiorizado que la tolerancia es real en Emiratos Árabes que, en el amanecer del Eid Al Fitr de 2019, acudí a la Gran Mezquita Zayed en Abu Dhabi; sentado entre miles de personas sentí la profunda espiritualidad de ese instante”

Emiratos Árabes Unidos ha celebrado en 2019 el Año de la Tolerancia. Han sido 365 días de actividades y grandes eventos en los que se ha puesto de manifiesto el camino que sigue el país para dejar claro su compromiso con otras culturas y sus gentes. Pero donde queda más clara la tolerancia emiratí es en el día a día, en las calles y en las mezquitas y centros religiosos de todas las confesiones que pueblan su territorio. Muy especialmente, en un acontecimiento histórico a nivel global: la visita que protagonizó el Papa Francisco a Abu Dhabi, que, entre otras imágenes de profundo calado, dejó la del momento de la firma del documento por la Fraternidad Humana, rubricado por el pontífice católico y el Gran Imán de Al Azhar, Ahmed Al Tayeb (en la imagen superior).

Los musulmanes son gente de paz. De concordia. Y hago esta afirmación en base a mi experiencia personal y tras más de siete años de residencia en Emiratos Árabes. ¿Cómo si no explicar que el Santo Padre oficiara una misa ante 180.000 personas en el corazón de un país islámico?

Son hechos. Como también lo es que aquí cada cual vista como quiera, el árabe de árabe, el indio de indio y el occidental de occidental, sin que ello suponga incomodidad alguna a nivel social; que en las playas convivan sin el menor problema burkinis con biquinis; o que hoy tome forma en Saadiyat Island la Casa de la Familia Abrahámica, un espacio compartido por una mezquita, una iglesia y una sinagoga. Todo con absoluta normalidad.

Tengo tan interiorizado que esta tolerancia es real, palpable, que en el amanecer del Eid Al Fitr del año pasado, justo en el final del Ramadán, acudí a la Gran Mezquita Zayed en Abu Dhabi. Allí, sentado sobre la alfombra de su impresionante nave central entre miles de personas, sentí la profunda espiritualidad de ese instante. Y aunque es posible que fuera el único no musulmán presente, solo percibí buenas vibraciones.

El problema se encuentra en que esto que tan claro apreciamos quienes aquí vivimos -al menos yo así lo aprecio-, no se capta en su verdadera dimensión en numerosas partes del planeta, donde se tiende a dejarse llevar por corrientes de opinión que nada tienen que ver con la realidad. ¿Hasta cuándo campará por el mundo el desconocimiento entre culturas? La buena noticia es que Emiratos Árabes está decidido a ponerle fin.

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Este texto corresponde al contenido del Anuario 2020 de EL CORREO DEL GOLFO (descarga en PDF).

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