jueves. 28.03.2024

Tras los pasos, sin saberlo, de Alejandro Magno

Hace ahora siete años realicé un viaje por carretera de España a Emiratos Árabes que me llevó por algunos de los territorios conquistados por el rey macedonio en el siglo IV antes de Cristo

Estoy terminando la trilogía 'Alexandros', de Valerio Massimo Manfredi, un relato sobre la vida del macedonio Alejandro Magno. El libro llegó a mis manos a través de mi hija Marta y, a priori, tenía depositadas grandes expectativas en su lectura gracias a las referencias de Hernán Molano, un extraordinario colombiano que ha logrado dar verdadero sentido a su día a día empeñado en ayudar a los demás. Lo que no imaginaba es que la novela me llevaría a descubrir la grandeza histórica de unas tierras que, en parte, recorrí junto a mi familia hace ahora justo siete años.

Tramo de Grecia a Bandar Abbas (sur de Irán) de la ruta Huelva-Emiratos Árabes. (Google Maps)

Fue en el viaje que llevamos a cabo en coche desde Huelva, en el sur de España, hasta Dubai. La ruta que elegí -no sabía de otra que fuera factible- recorrió, además de toda la Península Ibérica en diagonal, el sur de Europa, Turquía e Irán de norte a sur hasta recalar en el gran puerto persa de Bandar Abbas, situado en el Golfo Arábigo. Desde allí, finalmente, cruzamos en barco el estrecho de Ormuz y tocamos tierra en Sharjah.

Ruta de las conquistas de Alejandro Magno.

Y ha resultado -extremo que ignoraba- que en esa ruta discurrimos -demasiado rápido, por cierto- por algunos de los territorios conquistados por Alejandro Magno en el siglo IV antes de Cristo y donde tuvieron lugar acontecimientos de enorme trascendencia histórica. Realmente me llamó la atención que nuestra ruta, aunque con notables variaciones, fuera similar a la del conquistador desde que entramos en Turquía por Edirne, donde el país hace frontera con Grecia y Bulgaria, hasta que tocamos el mar Arábigo en el sur de Irán.

"Circulamos en paralelo al cauce del río Murat, también denominado Eúfrates Oriental, en concreto desde la ciudad de Agri hasta Omuzbaşı"

Tramo en paralelo al río Murat en Turquía de la ruta Huelva-Emiratos Árabes. (Google Maps)

Mi curiosidad por semejante paralelismo, sobre todo en lo que se refiere a la travesía de los ríos Tigris e Eúfrates, hizo que echara manos de un mapa, donde descubrí que en el último tramo de la ruta que seguimos por el norte de Turquía en dirección a la frontera de Irán circulamos en paralelo al cauce del río Murat, también denominado Eúfrates Oriental, en concreto desde la ciudad de Agri hasta Omuzbaşı. De hecho, hay puntos en los que el río va justo al lado de la carretera.

Entonces desconocía el nombre del río y sus lazos con el Eúfrates, y también cualquier dato de la historia de Alejandro Magno, algo que hoy me entristece: me habría gustado vivir esos instantes con todos los conocimientos posibles para tener una experiencia plena del aquí y ahora que me hubiera permitido ser consciente del lugar donde me hallaba, ni más menos que junto al origen de un cauce que ha marcado el devenir de la Humanidad.

"Sin saber dónde estábamos, decidimos parar y bajar hasta las aguas del río Murat"

 Bajando en Turquía al río Murat, también denominado Eúfrates Oriental. (Celia Pérez Cruzado)

No obstante, y a pesar de mi clamoroso desconocimiento, el instante tuvo algo de espiritual. Entre otras razones porque mi hermano Juan, que desde Loja, en la provincia andaluza de Granada, seguía nuestra ruta, me descubrió que habíamos llegado al mítico monte Ararat, donde el Génesis localiza que se posó el Arca de Noé tras el Diluvio Universal. Se halla en el norte del Kurdistán, justo en la confluencia de Turquía, Armenia e Irán. Ya digo, sin saber dónde estábamos, decidimos parar y bajar hasta las aguas del río Murat, un momento que refleja la imagen superior que acompaña a este texto, en la que aparece mi hijo Alejandro junto a su cauce en una foto tomada por Celia, mi hija pequeña.

"A los pies del monte Ararat, tras una noche de curvas y mucho cansancio, fue donde un amable turco nos ofreció de desayuno varios huevos fritos, dátiles y una extraordinaria mantequilla elaborada con miel"

Imagen del Monte Ararat cubierto de nubes tomada durante la ruta Huelva-Emiratos Árabes. (Celia Pérez Cruzado)

En su día escribí sobre ese momento. En un texto que titulé 'El agua de Noé' decía lo siguiente: "Y allí, precisamente, a los pies del monte Ararat, tras una noche de curvas y mucho cansancio, fue donde un amable turco nos ofreció de desayuno varios huevos fritos, dátiles y una extraordinaria mantequilla elaborada con miel. Comimos, descansamos en unas modestas tiendas instaladas al aire libre y después nos refrescamos en un río de aguas frías y transparentes. Las mismas que un día, miles de años antes de Cristo, tocó Noé". Y ese río de aguas frías y transparentes era el Murat, el Eúfrates Oriental. ¡Vaya instante que me perdí!

"Nos refrescamos en un río de aguas frías y transparentes. Las mismas que un día, miles de años antes de Cristo, tocó Noé"

Seguimos rumbo al sur por el oeste de Irán, metidos de lleno en la ruta del rey macedonio. En ese recorrido pasamos por muchos de los lugares en los que acampó Alejandro Magno, entre ellos Isfahan, Persépolis -nunca me perdonaré no haberme detenido- o Harmozia, situado en las inmediaciones de Bandar Abbas, el puerto desde el cual embarcamos rumbo a Emiratos Árabes.

Algún día, no sé cuándo, haré este recorrido a la inversa: la ruta será desde Ras Al Khaimah, un emirato que hoy considero propio, hasta Huelva. La gran diferencia estará en que emplearé más tiempo y que seré cien por cien consciente de cada palmo de tierra por el que transite.

Tras los pasos, sin saberlo, de Alejandro Magno
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