viernes. 29.03.2024

Alentada por un compromiso del Parlamento europeo en 1984, la Fundación Euroárabe de Altos Estudios nació formalmente una década después, en octubre de 1995, con sede en Granada. Germinó con una misión clara: crear un espacio para el diálogo y la cooperación entre los países de la Unión Europea y los de la Liga Árabe. Desde entonces, sostiene un nutrido programa de actividades culturales y desarrolla múltiples líneas de investigación.

Rafael Ortega es su vicesecretario de Cooperación Cultural y Relaciones Internacionales. Medievalista por la Universidad de Valencia, se formó en lengua árabe en Túnez y Egipto, donde profundizó entre 1988 y 1995 en el conocimiento del islamismo político. A su regreso, se incorporó como traductor en el servicio árabe de la agencia EFE vinculado con la Fundación. En 2006 trabajó como investigador en la Casa Árabe en Córdoba y desde 2012 es profesor de lengua árabe y pensamiento islámico en la Universidad de Granada.

Hace 36 años que el Parlamento europeo puso la semilla de lo que hoy es Fundación Euroárabe. ¿Objetivo cumplido?

Yo creo que, en parte, sí. El objetivo fundamental es crear un espacio de diálogo e intercambio entre el mundo árabe y Europa. El presupuesto es muy limitado. Y con la poca financiación que tiene se hacen muchísimas actividades. La Fundación está involucrada en muchos proyectos de investigación europeos y desarrolla una labor de difusión, trasvase de conocimiento y cooperación con el mundo árabe. Los objetivos se están cumpliendo. Y con poco personal.

¿Europa y el mundo árabe están hoy más cerca que entonces?

Desgraciadamente no lo veo. Al contrario. Creo que se están abriendo muchos abismos, a pesar de las instituciones que favorecen el diálogo y el intercambio. El abismo es cada vez mayor y por las cuestiones de siempre: los conflictos armados, la injerencia de los países europeos en el mundo árabe y esas visiones estereotipadas entre unos y otros. Hay un montón de frentes abiertos que impiden que haya realmente un diálogo.

¿Por qué nos cuesta tanto entender a nuestros amigos del Mediterráneo sur?

Yo no creo que sea tanto de sociedades como de regímenes, gobiernos e instituciones financieras y políticas. En el plano social hay mucho más acercamiento del que niegan las instituciones. A nivel cotidiano hay más comprensión y solidaridad con las sociedades árabes. Las instituciones ponen por delante intereses políticos, económicos y de seguridad, que obstaculizan el entendimiento. Y hay que distinguir esos planos.

"Existe una tendencia islamófoba -vamos a decirlo abiertamente- que está alentada por discursos políticos y relacionada con el racismo"

Hay una percepción social en Europa muy prejuiciosa con respecto a las sociedades árabes.

Existe una tendencia islamófoba -vamos a decirlo abiertamente- que está alentada por discursos políticos y relacionada con el racismo. Al mismo tiempo hay una corriente de solidaridad con el mundo árabe y musulmán que es muy fuerte. Lo vemos en Granada y en las actividades de la Fundación. Hay toda una red de asociaciones vinculadas con el mundo árabe, con la cooperación y con la ayuda al musulmán y al emigrante. Esos dos discursos conviven y en algunos momentos unos pesan más que otros. Hemos visto cómo la crisis económica favorece el discurso islamófobo de partidos políticos como Vox en España. O como favorece también la islamofobia académica.

Algunos de los proyectos de la Fundación se centran en cooperación policial, redes terroristas, seguridad, radicalización o migraciones. ¿Esta es la mejor manera de mirarnos?

Esa es una parte de las actividades de la Fundación en los proyectos de investigación. Y hay que explicarlo. Algunos de los miembros vienen de Derecho Internacional y son gente que ha estado trabajando en cuestiones de seguridad no relacionadas con el mundo árabe. Y es más fácil conseguir financiación de la UE en estos temas que en otros. Pero la Fundación también está inmersa en proyectos de concienciación, solidaridad y acogida con inmigración de países árabes e islámicos. Yo creo personalmente que se pone demasiado el foco en esos temas y se olvidan otros, pero la Fundación también tiene que subsistir.

Rafael Ortega considera que entre Europa y el mundo árabes "se están abriendo muchos abismos, a pesar de las instituciones que favorecen el diálogo y el intercambio". (Cedida)

¿En Europa predomina hoy una visión securitaria cuando miramos al Mediterráneo sur?

Completamente. Las instituciones de poder europeas tienen una visión securitaria. Si actúa frente a crisis del norte de África es porque ve como una amenaza la llegada de inmigrantes. También ve como una amenaza a los grupos musulmanes que vienen a Europa. Desde el poder siempre hay una actitud de sospecha sobre el mundo musulmán y los musulmanes. Se ve en el discurso de los políticos. Por ejemplo, últimamente en Macrom.

¿La vida de millones de musulmanes en Europa transcurre de forma normalizada o es conflictiva?

Normalizada no. De ninguna manera. Los musulmanes en occidente, además de sufrir lo mismo que el resto de la población en precariedad de trabajo o inseguridad, cargan frente a las instituciones con el hecho de ser musulmanes.

Es usted vicesecretario de Cooperación Cultural y Relaciones Internacionales. ¿La cultura es la llave del reconocimiento mutuo?

Yo apuesto mucho por la cultura porque es un espacio que permite el entendimiento, el encuentro, el diálogo y el conocimiento del otro. Y eso va a permitir que se resuelvan otro tipo de problemas políticos o económicos. La cultura es una buena puerta de entrada para el acercamiento.

"La Fundación está inmersa en proyectos de concienciación, solidaridad y acogida con inmigración de países árabes e islámicos"

¿Nos faltaría un Erasmus árabe?

Hay un Erasmus Idrisi, pero faltaría un Erasmus en el mundo árabe. La Universidad de Granada recibe a un gran número de estudiantes del mundo árabe, especialmente de Marruecos, pero cada vez más de otros países. El Erasmus es uno de los grandes logros de la UE. Antes había más becas de estudiantes españoles en el mundo árabe pero hoy hay pocas oportunidades para ir.

¿De qué es señal la irrupción del islamismo en el mundo árabe?

El islamismo surge en momentos muy concretos como respuesta a una clara agresión del colonialismo europeo. Esa presencia extranjera está trastocando completamente la forma de vida y las estructuras del mundo árabe islámico. Ante esa irrupción brutal de potencias extranjeras surge una protesta que reivindica la liberación pero también recuperar las instituciones que fueron apartadas con la llegada del colonialismo. Se suprimieron las instituciones jurídicas o educativas y se sustituyeron por tribunales al estilo europeo. Se quitaba la enseñanza del islam en las escuelas. Ante esos cambios brutales, surgen varias contestaciones y una de ellas cristalizó en el islamismo en la década de los veinte del siglo pasado.

El islamismo radical no únicamente ha sido una fuerza de reacción contra el colonialismo. También contra las propias sociedades árabes.

Yo hablo del islam político como fuerza que ha participado en la historia del mundo árabe. Otra es la lectura radical que apuesta por la violencia y que ha estado presente en muchos países. Y es verdad que una de sus principales víctimas han sido los propios musulmanes. No hay duda. Pero yo creo, después de haber estudiado durante años este fenómeno, que es muy minoritario. Surge en momentos de crisis y no representa al islam político. Es una lectura aberrante de las propuestas que se lanzaron a principios del siglo XX. Hay que examinar el contexto. Por ejemplo, en Iraq. Completamente devastado tras la caída de Sadam Hussein, empiezan a surgir personajes como Zarqawi o grupos vinculados a Al Qaeda que atacan a los propios musulmanes. ¿Por qué? Porque los ven como colaboradores de una potencia extranjeras.

O como malos musulmanes.

Ese es el discurso teórico. Lo que hay detrás realmente es que atacan a los que consideraban como colaboradores de las potencias extranjeras. La política de Zarqawi o de Bin Laden en Iraq atacaba a los shiíes, que se habían convertido en las fuerzas del poder apoyadas en las tropas americanas, y a los sunníes que colaboraban con la ocupación.

Hay quien considera el fundamentalismo islamista como un repliegue identitario frente a los desafíos de la modernidad.

Sí es verdad que el islamismo busca un renacimiento partiendo de sus propias raíces. La llegada del colonialismo en el siglo XIX supone una ruptura con la tradición y con la identidad de los pueblos musulmanes y es lo que el islam político quiere reivindicar. Pero un renacimiento que parta de sus propias bases. De sus propias raíces. Lo que no quiere es una modernidad importada ni impuesta desde occidente.

"Esa presencia extranjera está trastocando completamente la forma de vida y las estructuras del mundo árabe islámico"

Usted estudió el fenómeno islamista a principios de los noventa en Egipto y Sudán justo antes de la oleada de atentados contra los coptos y el turismo. ¿Imaginaba un fenómeno violento tan feroz y perdurable en el tiempo?

No me lo podía imaginar. Y yo conviví esos años con la violencia islamista de la Gamáa y la Yihad contra coptos y turistas, y contra instituciones símbolo del Estado, que era entonces muy represor. Ya se veía cómo iba cambiando el modelo de lucha armada centrado en el enemigo cercano, en este caso el régimen de Mubarak, para convertirse en una lucha contra el enemigo lejano y las grandes potencias a raíz de todo lo que pasó en Afganistán. No me imaginaba que iba a asistir algo como lo del 11-S.

Rafael Ortega, en El Cairo. (Cedida)

¿Cree que el fenómeno islamista violento está en declive?

No lo creo, desgraciadamente. Es un fenómeno que se alimenta de las crisis del mundo árabe e islámico, y crisis no faltan. Desaparece en unas zonas y reaparece en otras.

¿Y de qué es síntoma la islamofobia?

Del miedo al otro. Responde a muchos factores. Uno de ellos es la visión estereotipada respecto al musulmán. Y también surge por las crisis de las sociedades occidentales, que han dado pie al surgimiento de discursos abiertamente islamófobos.

¿Qué errores no hay que volver a cometer en Oriente Medio?

El primero de todos es la injerencia brutal que ha habido durante los últimos siglos. Hay que reactivar el diálogo mediterráneo para solucionar los graves problemas que vive Oriente Medio. El más importante es la cuestión palestina. Mientras no se resuelva, todo Oriente Medio será un polvorín. También las guerras civiles de Yemen y Siria. Lo que tiene que hacer Europa es relacionarse con el mundo árabe de igual a igual. No imponer nada. El diálogo es lo fundamental y Europa tiene mecanismos para eso.

“La cultura es una buena puerta para acercar a Europa y el mundo árabe”
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