Un soldado estadounidense murió y otro resultó herido este sábado en un ataque perpetrado por un miembro de las fuerzas de seguridad afganas en Kabul, informó la misión de la OTAN en el país, Apoyo Decidido.
De acuerdo con la información "inicial", el ataque fue perpetrado por un miembro de las Fuerzas Nacionales Afganas de Defensa y Seguridad (ANDSF, en inglés), que fue "inmediatamente" neutralizado por sus compañeros, dijo en un comunicado una portavoz de Apoyo Decidido, Debra Richardson.
El herido ha sido trasladado a la base militar y aérea de Bagram, cercana a la capital, y se encuentra "estable", según la nota.
Este ataque se produce después de que el mes pasado el comandante aliado, Austin "Scott" Miller, saliese ileso y un general estadounidense sufriese lesiones en otra acción del mismo tipo en la provincia sureña de Kandahar.
El guardaespaldas del gobernador de Kandahar mató entonces a tiros al jefe de la Policía provincial y reconocido comandante antitalibán, general Abdul Raziq; al jefe de la inteligencia, Mumin Hussainkhil, y a un periodista.
Según las últimas cifras divulgadas por el Pentágono, Estados Unidos mantiene alrededor de 14.000 soldados en Afganistán, la mayor parte de ellos integrados en la misión de la OTAN de entrenamiento a las tropas afganas, y los restantes en tareas antiterroristas.
Más de 2.000 soldados estadounidenses han muerto en Afganistán desde el inicio de la guerra en 2001.
Si bien las bajas han disminuido drásticamente desde la retirada de las tropas de combate de la OTAN a fines de 2014, la carga mortal se ha desplazado a las fuerzas de seguridad de Afganistán, que están sufriendo bajas récord.
El Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense solicitó datos actualizados de la misión afgana, después de la reciente oleada de ataques en Kabul que ha terminado con la vida de 200 personas. Los legisladores han podido saber de esta manera que la guerra en Afganistán sigue costándole al contribuyente de EEUU unos 45.000 millones de dólares cada año.
Esta cantidad incluye 5.000 millones para las fuerzas afganas, 13.000 para las tropas estadounidenses desplegadas en el país y el grueso del resto de fondos para el soporte logístico. Además, se destinan unos 780 millones de dólares para ayuda económica.
