miércoles. 24.04.2024

Gracias al entusiasmo de una multitud de jóvenes, un poco común espectáculo de hip hop en Arabia Saudita creó una 'minirevolución' que según los organizadores significa la apertura de una nueva era en este reino musulmán ultraconservador.

Según informa el diario Gulf News, este jueves por la noche centenares de hombres y mujeres, sentados unos al lado de los otros en un país en el que el público mixto está prohibido, gritaron su alegría en la presentación del grupo iLuminate de Nueva York.

En otras partes del mundo habría sido una noche normal. Pero en un país islámico en donde no hay cines ni teatros y en donde la poderosa jerarquía religiosa lo controla todo, el espectáculo de iLuminate pareció como el preludio a un cambio, ya perceptible en las redes sociales.

La Autoridad saudí del entretenimiento confirmó que las cosas estaban cambiando. Programó para las próximas semanas diversos espectáculos, desde presentaciones de 'catch' (lucha libre) de "WWE Wrestling" a las representaciones musicales de "Arab Got Talent" (Los árabes tienen talento), pasando por un festival de gastronomía, una comedia o la competencia automovilística "Monster Jam".

"Esto anuncia una nueva era en Arabia Saudita", estimó Ahmed al Hemedy, de 27 años, que asistió al espectáculo del jueves por la noche con amigos.

Los bailarines de iLuminate se produjeron en un escenario a oscuras y sólo se podía descubrir sus siluetas gracias a sus trajes luminosos. Esto a pesar de que el wahabismo, doctrina rigorista del islam sunita en vigor en el reino, es hostil a la música y prohíbe la pintura que reproduzca toda forma humana.

El cine está prohibido desde que fundamentalistas armados ocuparon temporalmente en 1979 la Gran Mezquita de La Meca para oponerse a lo que percibían como una modernización de la sociedad. Pero el jueves por la noche, hombres y mujeres estaban sentados juntos en el anfiteatro de la universidad Princesa Nura ben Abdelrahman, un campus reservado a los estudiantes, que se convirtió en una sala de espectáculos.

Las mujeres vestidas con sus 'abayas' negras, vestimenta tradicional que las cubre de la cabeza a los pies, formaban fila. Algunos extranjeros ávidos de distracción también figuraban entre los espectadores, que pagaron sus entradas entre 50 y 900 riyales sauditas (entre 12 y 216 euros).

Más de la mitad de los sauditas tienen menos de 25 años y desde el año pasado, un joven está en la cúpula del poder. El vicepríncipe heredero, Mohamed ben Salman, de 31 años, hijo del soberano, es el impulsor de un plan ambicioso llamado "Visión 2030" para diversificar la economía, muy dependiente del petróleo. Entre sus objetivos figura el desarrollo del turismo y de la industria del entretenimiento.

"Somos conscientes de que las oportunidades culturales y de entretenimiento no reflejan las aspiraciones crecientes de nuestros ciudadanos y de los residentes", admitieron los autores de "Visión 2030".

El embajador británico, Simon Collis, celebró "el nuevo engoque" saudí del entretenimiento. "Es un cambio muy positivo para los jóvenes. Esto va a generar ingresos y crear empleos. La gente estará más alegre", confió luego de asistir al espectáculo. "Hay mucha energía. Es el momento de un cambio significativo", dijo el diplomático.

Centenares de personas asistieron cada noche a los seis espectáculos que iLuminate dio en Riad, antes de partir hacia Yedá, capital económica del reino a orillas del Mar Rojo.

Ahmed al Jatib, que dirige la Autoridad del entretenimiento, explicó que su agencia planeaba fijar un calendario de actividades para todo el año. De esta manera "en vez de pensar adonde ir y no tener opciones, ahora habrá tres o cuatro" acontecimientos cada semana. "Los grandes eventos están por venir", prometió.

Un espectáculo de hip hop en Arabia Saudita entusiasma a una multitud de jóvenes
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