viernes. 19.04.2024

Aterrizó en Omán en agosto pasado para hacerse cargo de la embajada española. Con anterioridad había ocupado puestos de diversa responsabilidad en Estados Unidos, Etiopía e Israel, pero nunca hasta ahora había desempeñado un cargo del máximo nivel en una delegación diplomática. El Sultanato de Omán es un discreto país ubicado en el cuerno suroriental de la Península Arábiga. Con poco más de 4 millones de habitantes, registra una baja densidad demográfica y gran parte de su geografía la conforman territorios áridos y desérticos sometidos a una exigua pluviometría. María Luisa Huidobro tiene en su agenda la protección de la pequeña comunidad española y la defensa de los crecientes intereses comerciales en el país árabe.

Lleva usted poco más de tres meses en Omán. ¿Qué impresión le ha causado el país?

Es un país que sorprende. La primera vez que llegas, observas que el aeropuerto de Mascate es muy moderno, en cuya renovación participó la empresa española Indra. Es diferente del resto de países del Golfo. Aquí no hay rascacielos. Es un país estéticamente bonito con casas todas de un estilo determinado. Sorprende la especificidad de la población omaní, con gente de procedencia de otros países, como Irán o el este de África. Omán fue un país con importancia en las comunicaciones marítimas. Y es un país grato. Son personas amables, tranquilas. Cuando tienes prisa, enseguida te preguntan por la familia. Es su manera de saludarse, con lo cual crean una sensación de cierta tranquilidad en sus relaciones personales.

La embajadora María Luisa Huidobro, durante el acto de presentación de cartas credenciales ante el sultán de Omán, Haitham bin Tariq Al Said. (Cedida)

Omán es uno de los países árabes más estables y que más se ha desarrollado en las últimas décadas. ¿Cuales cree que son las claves?

Hace solo unos días se ha celebrado el 50 aniversario de lo que aquí se conoce como el “renacimiento”, que es el periodo del sultán Qabus. Un periodo muy largo que va de 1970 hasta este mismo año en que falleció. Se considera un periodo de desarrollo del país, donde ha dado un salto adelante en educación, infraestructuras y comunicaciones. Y de estabilidad. Qabus era muy querido por su pueblo. La bonanza económica está muy ligada al precio de los hidrocarburos, petróleo y gas, que es lo que exporta principalmente. A su muerte, le ha sustituido el sultán Haitham. En sus discursos, hace hincapié en su deseo de preservar la herencia de Qabus y mejorar la situación económica de Omán, que ha sufrido con la bajada de los precios de los hidrocarburos y, por supuesto, con el Covid. Tratan de diversificar las actividades económicas, más allá de los recursos petroleros, como la agricultura y la pesca o la importancia que le dan al turismo. Y todo lo relacionado con la logística. Son conscientes de su situación geográfica y por eso están desarrollando sus puertos y sus aeropuertos.

"Lo más destacable es el rol jugado por las empresas españolas adjudicatarias de proyectos tanto en el sector del petróleo como en las infraestructuras"

 ¿Qué papel geopolítico juega en Oriente Medio?

Tiene una política exterior quizás única, que se basa en un enfoque moderado a la vez que pragmático en relación con los conflictos que existen en la región. Defiende la coexistencia pacífica de no injerencia. Ha ejercido a menudo el papel de facilitador en el entendimiento en situaciones problemáticas de sus vecinos, tanto en el caso de Yemen como con Irán. No presumen de estas actividades de facilitación sino que lo hacen de manera discreta. Se han mantenido al margen de las rivalidades o del aislamiento de algunos miembros de su club más inmediato, que es el Consejo de Cooperación del Golfo. Tienen relaciones privilegiadas con Reino Unido y EEUU. China es el principal comprador de petróleo con una enorme diferencia. Y en cuanto a la UE, se ha firmado un acuerdo de cooperación con vistas a incrementar la relación institucional. En materia de seguridad, habría que hablar de la Misión Atalanta centrada en la antipiratería en el Mar Rojo.

Y ha logrado llevarse bien con Irán y Arabia Saudí, que son los grandes enemigos en la zona.

Sí, desde luego. Para Omán, Irán no es una amenaza, con quien tiene mucha relación personal y de comercio. Ellos insisten mucho siempre en la necesidad de no injerencia, la coexistencia pacífica y el pragmatismo. Lo cual les hace, en cierto modo, únicos.

¿El conflicto sunníes-chiíes es hoy el eje determinante de las relaciones sociopolíticas de Oriente Medio?

Yo diría que hay problemáticas que se superponen y se entrecruzan, como en otras regiones del mundo. Está el proceso de paz [Israel-Palestina], la rivalidad Irán-Arabia Saudí o los temas económicos, que cada vez son más importantes. Toda la región del Golfo se está preparando para el nuevo periodo en relación a la energía. Y tiene unas fuentes de suministro variadísimas. Vas a un supermercado y hay productos de todas partes, especialmente de la India, debido a los muchos expatriados que tiene aquí, lo que crea muchas sinergias. Hay muchos productos americanos, con quienes tienen un acuerdo de libre comercio. Uno de los objetivos es tenerlo también con la UE.

¿Cómo se percibe la guerra civil de Yemen desde Omán?

En el día a día, no hay excesiva información del conflicto. Omán, sin que se vea y de forma discreta, ha hecho labores humanitarias en relación con los heridos. Y ha facilitado contactos para lograr intercambios de prisioneros. No hay una comunidad de Yemen muy numerosa en Omán. Es más importante en la zona más cercana, la región de Dhofar, al sur de Omán. En verano es muy turística, con muchos visitantes del área del Golfo, y es una región donde llueve, crece la hierba y hay abundantes cascadas. Y está la zona montañosa, que es muy visitada también por turistas del Golfo. En el centro hay una inmensa zona desértica muy poco poblada. El omaní está apegado a su cultura, donde las carreras de camellos y los caballos juegan un gran papel.

La embajadora María Luisa Huidobro, en un encuentro con integrantes de la comunidad española en el Sultanato de Omán. (Cedida)

¿Cómo es la comunidad española?

Es pequeña y se nutre fundamentalmente de las empresas que trabajan aquí. No hay muchos lazos de parentesco con los omaníes. La colonia fluctúa en función de los proyectos de cada momento.

¿Y las relaciones comerciales entre España y Omán?

El comercio bilateral es relativamente pequeño. La inversión ha crecido en los últimos diez años. Lo más destacable es el rol jugado por las empresas españolas adjudicatarias de proyectos tanto en el sector del petróleo como en las infraestructuras. El agua es uno de los problemas de Omán, por lo que necesitan desaladoras y gestionar bien sus recursos hídricos. España es un país con mucha experiencia en el tema de aguas. Aquí es un sector muy activo. Por ejemplo, la desaladora de Sohar o las que ahora se van a construir en Mascate y en otros lugares. Esa es una de nuestras áreas donde somos más fuertes. O la conducción de agua de Elecnor. En el sector petrolero, hay que destacar la refinaría de Duqm que está construyendo Técnicas Reunidas. Es una obra muy importante, que llegará a contar con casi 10.000 personas trabajando. En la construcción de carreteras, han intervenido Ferrovial, ACS o Sacir. También se ha participado en el sector de la cultura y el turismo, como en el acondicionamiento de museos o en paradores. No me olvido de Unión Fenosa, que tiene una inversión importante en el país para vender gas omaní hacia los mercados asiáticos.

María Luisa Huidobro, embajadora de España en Omán -tercera por la izquierda-; María Luisa Marteles, responsable de la Segunda Jefatura de la Embajada -cuarta por la izquierda-; y María Remedios Romeo, jefa de la Oficina  Comercial -primera por la izquierda-, junto a autoridades omaníes. (Cedida)

¿Diría usted que Omán es un destino turístico de interés para los españoles?

Empezaba a conocerse entre los jóvenes profesionales. Es un destino curioso, pero no es especialmente barato. Se ha querido posicionar como un turismo de alto nivel. Ha construido hoteles muy buenos y únicos. La geografía del país es muy variada y con mucho que descubrir. Deben de continuar las infraestructuras turísticas en muchos lugares y están en la fase de restaurar sus monumentos. Hay pueblos de adobe bonitos con canales de agua, que es el bien más valioso de este país. El turismo europeo procede de Inglaterra, Alemania, Suiza y Holanda. Y, por parte de los omaníes, cada vez viajan más a España.

"Omán tomó medidas muy radicales frente a la pandemia; ahora está en vías de levantar algunas restricciones"

¿Cómo ha impactado la pandemia en Omán?

Aquí tomaron medidas muy radicales desde el principio. De hecho, el aeropuerto ha estado cerrado todo el verano. Han salido muchos expatriados porque han perdido el trabajo y se han ido. Lo que más preocupaba es que se desbordara su capacidad hospitalaria. Están en la vía de levantar algunas restricciones. El coronavirus ha tenido un impacto económico como en otros países, que se ha unido a la bajada de los precios del petróleo.

¿Qué tenemos que aprender de los omaníes?

Su talante tranquilo. Esa manera de relacionarse. El saludo aquí es “¿cómo estás?” y “¿cómo está tu familia?”. Y no se puede contestar solo con un “bien, gracias”. Exige un poco más de interacción, lo que contribuye a crear un ambiente de tranquilidad. Y se relacionan bien con los expatriados. Están acostumbrados a tener gente de todo el mundo. La población expatriada interactúa con los omaníes más allá del trabajo y comparten algunos barrios. Y, sobre todo, el apego que tienen a su cultura y a sus raíces.

“Omán es un país único por su política de no injerencia y coexistencia pacífica”
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