viernes. 29.03.2024

Nuevo drama de la inmigración en el Mediterráneo. Un niño afgano de 10 años resultó muerto en un bote interceptado por Frontex, la Guardia Europea de Fronteras y Costas, cerca de la isla griega de Lesbos. El pequeño murió por asfixia al ser aplastado por los otros ocupantes de la embarcación. ​

“No es la primera vez que un niño muere aplastado dentro de un bote. Estas embarcaciones tienen capacidad para 10 personas, y hay 30 o 40 personas más, por lo que cuando un niño pequeño está a bordo ocurre esto, ya ha ocurrido otras dos veces. Es un SOS más para Europa, que en algunos casos se esconde, cierra sus ojos. Y aquí ha muerto un niño”, ha señalado Spiros Galinos, alcalde de Lesbos.

En el bote viajaban 67 personas. El niño fallecido iba con sus padres y dos hermanas menores. Habían dejado Afganistán en busca de una vida mejor. Tras la tragedia, la madre del pequeño intentó suicidarse, tirándose al mar, pero la guardia costera griega logró detenerla.

Por otra parte, el viernes fueron localizados 43 migrantes en una barca de madera cerca de Quíos, también cerca de la península turca de Anatolia. Los 43 fueron rescatados y trasladados al puerto de Quíos.

En un tercer incidente, 51 migrantes y refugiados fueron rescatados por un buque de Frontex el viernes cerca de la costa de Mitilene. Estas personas fueron trasladadas al puerto de Mitilene y uno de ellos, un hombre de 22 años que gobernaba la embarcación, ha sido detenido por tráfico de seres humanos.

Un niño afgano de diez años, última víctima del Mediterráneo
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