jueves. 28.03.2024

Las luces del Magreb

"Pondría blanco, muchos reflejos blancos, resaltando el movimiento estático, como algo que impregna una actitud ante la vida, que contrasta con otras tal vez rojas o plomizas"

Hace tiempo que estuve al otro lado del Estrecho, durante mi breve estancia de investigación que llevé a cabo en la Universidad de Orán. Marruecos fue mi contacto iniciático, primero por motivos turísticos y posteriormente, y de forma más prolongada, por labor académica. Recientemente, tras la defensa de mi tesis doctoral, que aborda los contactos entre las dos orillas en tiempos pre-modernos, he tratado de revisitar mis memorias con las nuevas lentes. Esta labor es arriesgada porque las memorias ya suponen una proyección sesgada en un contexto personal concreto. Es algo así como recordar un libro en una reseña propia, y sabemos que si volviésemos a leerlo, pasado el tiempo, la sinopsis sería otra.

Quisiera no obstante dibujar el simbólico cuadro, lleno de luces y humo, de alminares antiguos y de callejuelas sin pavimentar, de olores añejos en un color de polvo histórico y cielos inmensos de cercanas nubes. Al verlo se siente un halo de espiritualidad, queriendo oír las llamadas acompasadas a lo divino que invaden los valles marcando un tiempo distinto, contemplando las capuchas de aquellas chilabas que caen reposadamente sobre los adormilados párpados, percibiendo la energía suspendida de las reuniones a pie de calle en torno a densos tés azucarados que despiertan el alma. Perfilaría esas miradas de reconocimiento de primos de sangre largamente separados por la bifuración. Pondría blanco, muchos reflejos blancos, resaltando el movimiento estático, como algo que impregna una actitud ante la vida, que contrasta con otras tal vez rojas o plomizas.

Desearía poder retratar al pueblo, que cansado tal vez, como muchos otros, de formas huecas, busca en sus zagüías los recuerdos de pura bondad. Una búsqueda histórica en su caso, y común del ser humano, por el silencio del corazón en tiempos de la razón pura que barniza en opaco nuestros luminosos cuadros para que la ecuación nunca tenga una incógnita que nadie pueda resolver.

Las luces del Magreb
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