viernes. 29.03.2024

Mi final de Juego de Tronos (II)

"Es difícil esperar un final feliz y romántico en Juego de Truenos, una serie que a pesar de la fantasía involucrada, es ante todo política, especialmente sustentada en los hechos negativos de los gobernantes, con todos sus vicios, podredumbres y tristezas"

Recordarán los lectores de esta columna, así como los seguidores de Juego de Tronos, que me atreví a esbozar una teoría sobre un posible final de esta serie que ha sido un fenómeno de audición en los últimos años. Si el amable lector no tiene mayor idea de este serial televisivo, lo invito a leer la mencionada columna anterior, en donde intento una introducción para no iniciados.

Luego de ver el penúltimo capítulo, que despertó tantas pasiones encontradas, me sostengo en la idea central que propuse, aunque lógicamente nunca pude imaginar el desarrollo de un episodio que estremeció al más indolente. La desilusión pobló las huestes de los fanáticos que apostaban por Daenerys Targaryen, como una reina justa, ecuánime que traería paz y progreso a los Siete Reinos, fue casi tanta como la frustración con el final “benévolo” de Cersei, en brazos de su amor y hermano Jaime.

Es comprensible la sorpresa con lo ocurrido con Daenerys, personaje que había forjado una trayectoria positiva durante 8 años para que en un solo capítulo todo se convirtiera en una pesadilla y ella en una Reina Loca y malvada. Muchos han comparado lo sucedido, con algunos políticos que en campaña, proyectan una imagen totalmente diferente a la que asumen cuando llegan al poder.

Es difícil esperar un final feliz y romántico en Juego de Truenos, una serie que a pesar de la fantasía involucrada, es ante todo política, especialmente sustentada en los hechos negativos de los gobernantes, con todos sus vicios, podredumbres y tristezas. Hemos visto tantas muertes, tanta injusticia, que no hay razón para algo diferente, aunque los productores David Benioff y D. B. Weiss y tal vez el mismo autor George R. R. Martin, estén dispuestos a comprobar que la capacidad de sorprendernos es infinita.

El último capítulo empezará con una dueña del Trono de Hierro, si este no terminó fundido en esa vorágine de fuego que terminó siendo el penúltimo episodio, una desatada Daenerys, apoyada por esa temible combinación de ejércitos entre los inmaculados y los dothrakis, a propósito, ¿de dónde salieron estos últimos? ¿Acaso no fueron los primeros en caer en la batalla contra el Rey de la Noche? Fue memorable la escena, cuando solo se vio regresar un caballo en terrible condición. Misterios de los Siete Reinos.

En todo caso, al inicio del episodio Daenerys será la reina del apocalipsis, mientras que Tyrion debe estar escondido, pues al haber liberado a su hermano, ganó automáticamente la condena de ser achicharrado por Drogon. Jon Snow reunió a lo que quedaban de sus fuerzas para volver a su amado norte, entre el desconcierto y la pena. Arya tomó ese caballo blanco que se le presentó, luego de haber presenciado la muerte y destrucción sin sentido.

Lo que debería pasar, si la serie tuviera alguna lógica, es el castigo y final de Daenerys y los únicos que pueden hacerle frente son precisamente Jon y Arya. Jon por su condición de ser un Targaryenm es el único que se le puede acercar al dragón. Así que imaginemos a Jon dando muerte a esa bestia feroz, mientras la hermana menor de los Stark hace justicia o venganza con Daenerys. Así las cosas, Jon podría luego abdicar al trono de hierro a favor de Tyrion y Samsa, quien ha reconocido que de sus esposos, el menor de los Lanister, resultó el más decente. Jon regresa a la Guardia de la Noche, Arya puede ser la nueva Lady Stark de Invernalia.

"Así que imaginemos a Jon dando muerte a esa bestia feroz, mientras la hermana menor de los Stark hace justicia o venganza con Daenerys"

Tyrion es el único que ha demostrado coherencia y madera de estadista, a pesar de sus constantes traiciones y devaneos (o por los mismos), mientras Sansa ha madurado en sabiduría, confirmando que su desconfianza en Daenerys tenía todo el fundamento. Aunque quien tiene las cartas en sus manos es Bran, dado que puede ver pasado y futuro, es el único que sabe exactamente cómo terminará la serie, es posible que también perciba, un nuevo libro de la saga literaria de “Canción de Hielo y Fuego”.

Viendo las reacciones de los fanáticos, creo que a los productores les habría ido mejor, si hubieran adoptado en su guión mi propuesta de la columna anterior. Dando una salida digna y heroica a Daenerys, sacrificándola a manos de Cersei y esta siendo ajusticiada por Arya. En mi teoría vaticinaba la destrucción en Desembarco del Rey, más nunca en semejante grado de sevicia. Sigo pensando que el único final más conveniente desde el punto de vista político es la unión de las casas Stark y Lannister, compartiendo el Trono de Hierro. Porque insisto esta no es una serie ni romántica ni heroica, es ante todo política.

Eso sería lo lógico pero puede que los responsables de la serie, nos den un final inesperado, como que Gusano Gris como jefe del ejército se rebele contra su reina y se proclame Rey Militar de los Siete Reinos o que el dragón también enloquezca y queme todo a su paso, desde las casas nobles hasta los televisores de los fanáticos. En unas horas lo sabremos.

Finalmente, tengo entendido que medio millón de seguidores de Juego de Tronos ha firmado una propuesta para cambiar la octava temporada. Ojalá el mismo entusiasmo tuviera la gente para intentar cambiar tantas cosas negativas en el mundo real, en nuestra temporada eterna.

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Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera, escritor por vocación, lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios, en el cual escribe de todo un poco: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/  En Twitter a ratos trina como @dixonmedellin 

Mi final de Juego de Tronos (II)
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