Un expatriado mexicano ha sido sentenciado a tres años de prisión por el Tribunal de Primera Instancia de Dubai por agredir a un compatriota y causar su muerte en una habitación de hotel.
El Ministerio Público de Dubai acusó al mexicano ejecutivo de ventas de 36 años de golpear a la víctima y causar su muerte. Ambos estaban ebrios durante el asalto. El acusado se encontraba detenido desde que se informó del incidente en la comisaría de policía de Al Barsha. El tribunal también ordenó la deportación del acusado después de cumplir su condena en la cárcel.
Uno de los testigos, un supervisor mexicano de 33 años, declaró que trabajaba para una empresa de aluminio con otros de su misma nacionalidad. Se quedaban en un hotel en el Dubai Investment Park. "Alrededor de las 19.00 horas del 15 de noviembre del año pasado, vi que el acusado se comportaba de manera errática. Apenas podía soportarlo. Estaba tratando de decirle a la recepcionista algo en nuestro idioma nativo. No parecía en absoluto sobrio".
El testigo manifestó al fiscal que entendió por el acusado que tuvo una pelea con la víctima, eran amigos de mucho tiempo y compartían la misma habitación y que se agredieron mutuamente. "Me dijo que solo lo golpeó una vez, derribándolo. Agregó que la víctima inició el asalto".
El supervisor luego fue a la habitación del acusado. "Vi a la víctima tumbada con la cara hacia abajo inmóvil. Su cara estaba sangrando y tenía un gran ojo morado", relató. Los paramédicos y la policía llegaron poco después.
Otro testigo, un técnico mexicano de 23 años, sostuvo que los dos hombres tenían una discusión sobre quién trabajaría y haría mejor los deportes. "Estaba sentado con ellos e intenté calmarlos, pero no me escucharon. Ambos estaban muy intoxicados. El acusado vertió accidentalmente su vaso de licor en la camisa de la víctima después de que este último lo abrazó. La víctima se enojó. Su discusión empeoró aún más. Salí de su habitación y luego supe del asalto".
Según el informe forense, la muerte fue causada por una hemorragia interna severa. Los moretones en la cara de la víctima fueron causados por golpes. El acusado le dijo al investigador que golpeó a la víctima solo una vez y que no tenía la intención de matarlo.
El fallo ha sido apelado.
