miércoles. 24.04.2024

El español José Ignacio Latorre, uno de los físicos cuánticos más reconocidos en su campo, siempre pensó que la segunda mitad del siglo XXI sería “para la ética, para la reflexión profunda sobre el sentido humano” en respuesta a la evolución de la tecnología. La crisis del Covid-19 parece haber adelantado ese escenario, según analiza el científico en una entrevista para la BBC.

“El coronavirus está acelerando la transformación de nuestra sociedad”, considera Latorre, recién llegado a Abu Dhabi para dirigir un nuevo centro de investigación cuántica. “Esta crisis nos enseña tanto lo buenas que pueden ser muchas personas, como lo pérfidas que pueden ser otras” señala el científico, autor del libro ‘Ética para máquinas’, donde hizo un llamamiento urgente a reflexionar sobre cómo deberá programarse la inteligencia artificial para convivir con ella.

La crisis del coronavirus, analiza Latorre, plantea no solo un enorme desafío médico sino también grandes dilemas éticos. El Covid-19 hace, “evidente”, según el científico que “el siglo XXI no va de guerras entre izquierdas y derechas, sino entre generaciones de jóvenes y viejos, y de la relación humano-máquina”.

En, este sentido, el científico considera que “ciertos países no van a ser solidarios con sus mayores” y que “el bienestar de una mayoría se impondrá a la vida de una costosa minoría”. Esta no es una situación nueva, apunta Latorre, porque se da, por ejemplo, cuando se compran bienes a países que no respetan los derechos humanos, pero sí presenta un enfoque novedoso, ya que se da por primera vez entre conciudadanos.

La situación será más evidente en países como EEUU, que tiene “una tradición individualista, lejos del contrato social europeo”. Por ello, el español cree que “es posible que allí se tomen las primeras decisiones de profundo calado ético y que dividirán a la humanidad”.

Como científico, Latorre entiende que el confinamiento “alivia el ritmo de contagio” pero hay que tener en cuenta que  “sus consecuencias económicas pueden ser devastadoras para un gran número de personas”.

“Si de mí dependiera, aplicaría el bisturí fino a la hora de imponer confinamiento”, dice el físico, recordando que “muchos trabajos sí pueden realizarse presencialmente siguiendo las medidas de higiene correctas” como, de hecho, se está haciendo. 

Latorre tiene claro cómo debe plantearse esa respuesta. “Cuidar a desvalidos, a gente mayor tremendamente solitaria, debería prevalecer sobre cualquier ley de confinamiento. Atención, existirán casos extremos de enfermedades más terribles que exigirían un aislamiento absoluto, que provocaría situaciones de una tristeza infinita. Pero creo que el coronavirus no está en ese nivel. Es un virus que nos permite todavía atender a nuestros más necesitados como se merecen. El gran ejemplo lo dan los profesionales del sistema sanitario, que sí trabajan, sí se exponen, sí asumen su responsabilidad de forma admirable”.

El español también tiene claro qué será lo bueno que dejará esta crisis. “En su conjunto la humanidad siempre aprende. Nos queda un saber distribuido que no se pierde. A veces parece que repetimos nuestros errores, pero nuestra sabiduría colectiva aumenta sin cesar. Siempre que lo digo, nadie me cree. Pero no lo duden, seremos más sabios”.

“El coronavirus está acelerando la transformación de nuestra sociedad”
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