jueves. 28.03.2024

Los islandeses se temen lo peor en un caso que tiene en vilo a ese país poco acostumbrado a los crímenes: la desaparición de una joven que llevó a la policía a perseguir por los mares a un pesquero groenlandés.

Es Islandia un país europeo poco acostumbrado a salir en las páginas de sucesos. De hecho, presume de ser (casi con total seguridad) uno de los lugares más seguros del mundo. Sin embargo, la desaparición y muerte de una joven de 20 años cuando regresaba de fiesta ha sacudido la convivencia de un país en el que, exagerando un poco, nunca pasa nada grave. El cadáver de la joven fue encontrado 0cho días después de su desaparición en una playa. La muerte de Birna Brjansdottir tiene aterrada a Islandia, donde están acostumbrados a salir por la calle sin preocupación,

El suceso ocurrió a mediados del mes de enero. Birna, de 20 años, pelo castaño y buena presencia, salió de fiesta con los amigos al 'Húrra', un local muy conocido de Reikiavik. A media noche, sobre las dos de la mañana, los amigos de Birnas se fueron, pero ella prefirió seguir de fiesta. Aguantó casi hasta el cierre. En torno a las 5 de la mañana, Birna salió del local y caminó sola por el centro de la ciudad, algo absolutamente normal en Islandia, donde la gente vive con mucho menos "miedo" que en otros países occidentales.

Birna siguió caminando por la zona de Laugavegur, que conocía de sobra, pues solía salir por allí los viernes por la tarde. La noche del 13 de enero hacía unos 9 grados bajo cero y Birna vestía vaqueros, jersey, sudadera y llevaba colgado del cuello unos auriculares de color blanco. Las cámaras de seguridad la vieron tambalearse, afectada por la bebida y el cansancio. Nada fuera de lo normal. Desapareció dejando atrás el Lebowski Bar, un local inspirado en la película de los hermanos Coen, y una tienda de café y gofres que hace esquina con un camino angosto que lleva hacia el mar.

Aunque al principio no se quiso alertar a la población, el suceso corrió de móvil en móvil y puerta en puerta. Primero su madre y después sus compañeras de trabajo, que se asustaron al no verla llegar el sábado a trabajar, dieron la voz de alerta provocando la mayor operación de rastreo de la historia del país (725 voluntarios peinaron la ciudad). A las pocas horas, dos hombres fueron detenidos como sospechosos de la desaparición. Dos marineros tripulantes del barco groenlandés Nanoq Polar. Ambos fueron arrestados tras haber atracado en la capital islandesa mientras trataban de volver a Groenlandia.

Sus zapatos aparecieron en el puerto de Hafnarfjordur, al sur de Reikiavik, no muy lejos de donde estaba atracada la nave de pesca en la que viajaban los dos sospechosos. El barco zarpó hacia Groenlandia cuando la joven llevaba muy poco tiempo desaparecida. La Policía islandesa le obligó a dar media vuelta y regresar. Los marineros, que desde entonces están bajo custodia policial, confesaron haber alquilado un coche, un utilitario pequeño y rojo como el que las videocámaras grabaron en la zona en que la chica fue vista por última vez y donde encontraron restos de su sangre.

Este crimen ha conmocionado al país, de 330.000 habitantes. Desde 2001, en su territorio tan solo se producen 1,8 asesinatos al año, según las estadísticas policiales. Casi siempre, son cometidos por personas que han consumido demasiado alcohol o poseen desequilibrios mentales. Un año especialmente «funesto» fue 2002, cuando se contabilizaron cuatro homicidios. Por el contrario, en 2003, 2006 y 2008 no se registró ningún asesinato. Y no fue hasta 2013 cuando la Policía de Islandia mató a una persona por primera vez en su historia.

En cuanto a los sospechosos, se tratan de un joven groenlandés de 25 años, que sigue recluido, y un hombre de 20 años que fue puesto en libertad dos semanas después. 

La desaparición y muerte que aterra al país más seguro del mundo
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