Un limpiador de piscinas y un gerente han sido acusados de ser responsables de causar la lesión cerebral completa a un niño de siete años después de un incidente en un jacuzzi.
El niño emiratí de siete años se encontraba en la zona de la piscina con su padre y su hermana en la azotea de la torre residencial donde viven en el área de Business Bay en septiembre, cuando cayó al jacuzzi. El padre saltó para rescatar al menor, cuya mano se había quedado atascada en el desagüe en el fondo de la bañera de hidromasaje.
Tras varios intentos para sacar a su hijo de la bañera de 90 centímetros de profundidad, el padre fue a buscar ayuda y se topó con dos vecinos que corrieron hacia la piscina y consiguieron sacar al niño que se estaba ahogando en el jacuzzi.
Un vecino jordano enroscó su brazo alrededor del brazo del niño y lo liberó, mientras un vecino libanés le realizaba la resucitación cardio pulmonar.
El chico fue trasladado rápidamente al hospital donde los informes médicos confirmaron que sufría una disfunción cerebral severa.
Las investigaciones policiales revelaron la participación del limpiador de piscinas indio y del gerente de la misma nacionalidad en el accidente. Los fiscales acusaron a los dos trabajadores de ser responsables de la lesión del niño.
Según la acusación, los sospechosos no aplicaron las medidas de precaución estándar y requeridas dentro y alrededor de la bañera de hidromasaje y no colocaron señales de advertencia adecuadas en la piscina.
También fueron acusados de responsabilidad penal por no aplicar los trabajos de mantenimiento adecuados y de rutina para reparar el drenaje de salida de la bañera que había sido la causa del ahogamiento. Los fiscales también dijeron que los sospechosos deberían haber arreglado un interruptor cerca de la bañera de hidromasaje para emergencias que desconectara el suministro eléctrico.
Los sospechosos se declararon inocentes cuando comparecieron ante el Tribunal de Delitos menores de Dubai y negaron toda responsabilidad.
Cuando la policía lo interrogó, el trabajador admitió que la última vez que examinó la bañera descubrió que el drenaje no funcionaba. Alegó que informó a la compañía de mantenimiento que el drenaje de salida tenía que ser reparado, pero no recomendó, en su informe, que la bañera debía cerrarse.
El padre le dijo a los interrogadores de la policía que sus dos vecinos salvaron a su hijo y que no había ningún salvavidas presente en el momento del accidente. También dijo que el área de la piscina no tenía señales de advertencia o instrucciones para los usuarios.
