jueves. 28.03.2024

La profesora yemení Amina Mahdi da una lección de ciencias a niños desparramados por el suelo en su casa en una aldea remota en la provincia sureña de Hodeidah.

Para estos niños y niñas, aprender en el complejo quemado por el sol de Mahdi es su única oportunidad de educación en la pequeña zona rural de Muhib en el distrito de Al-Tuhayta.

La maestra ya había estado enseñando a los niños a leer y escribir antes del estallido de la devastadora guerra del país empobrecido en 2014.

"Lo que me empujó a la enseñanza fue la alta tasa de ignorancia en el pueblo y que los niños se veían privados de una educación", dijo Mahdi a la agencias de noticias AFP

Con docenas de niños a los que atender, Mahdi los ha dividido en tres grupos según la edad, enseñando a cada clase durante dos horas al día.

Además de aprender a leer y escribir, los niños también reciben lecciones de matemáticas y ciencias.

Pero Mahdi dijo que su casa, con cientos de libros apilados en un solo estante, no está realmente equipada para enseñar. "Hay muchos daños por el sol y el calor", dijo, vistiendo un niqab completamente negro.

En la guerra de Yemen combaten al Gobierno contra los rebeldes hutíes aliados de Irán.

Decenas de miles de personas, en su mayoría civiles, han muerto y millones han sido desplazadas en lo que la ONU llama la peor crisis humanitaria del mundo. Más de 2.500 escuelas en el país no son aptas para su uso, algunas destruidas y otras convertidas en campamentos de refugiados o instalaciones militares.

UNICEF ha estimado que dos millones de niños estaban sin escuela incluso antes de la pandemia de coronavirus.

“No hubiéramos podido leer, escribir o aprender si no fuera por la señorita Amina”, dijo a la AFP uno de los alumnos, Ibrahim Mohib.

Su padre, Mohammed, manifestó que no se arrepiente de haber enviado a sus tres hijos a aprender a la casa de Mahdi.

“Aprenden allí desde el primero hasta el cuarto grado, y gracias a Dios por esforzarse en enseñarles”, sostuvo.

Mahdi confía en obtener algún tipo de ayuda para enseñar a los niños.

“Pido a todos los que son caritativos que traigan alegría a estos niños ... y ofrezcan ayuda para establecer una verdadera escuela”, declaró. “Mi pequeña casa no es lo suficientemente buena y se ha convertido en un lugar público donde ya no me siento cómoda”.

Maestra yemení convierte su casa en escuela
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