sábado. 20.04.2024

A oscuras en mitad del océano. Así pasaron los más de 1.900 pasajeros del crucero de lujo 'Sea Princess' diez noches de su travesía por el mundo, para eludir la probabilidad de ser abordados por piratas al cruzar aguas conflictivas.

Aunque pueda parecer el argumento de una película de ficción o el programa de aventuras un viaje temático, lo que vivieron los ocupantes del gigantesco barco de Princess Cruisse, fue totalmente real, según el relato publicado en el periódico digital australiano News.com firmado por una de las pasajeras, la comunicadora Carolyne Jasinski.

El crucero realizaba una ruta de 104 días desde Sydney hasta Dubai, por la que los viajeros pagaron más de 50.000 euros. El itinerario incluía el paso por aguas peligrosas debido a la presencia de piratas y la cercanía de conflictos bélicos internacionales. Cuando el barco empezó a atravesar el oceáno Indico, el Mar Arábigo, el Golfo de Adén y el Canal de Suez, comenzaron las restricciones.

En la zona afectada por el 'toque de queda' el barco quedaba a oscuras y en silencio por las noches. No había música, ni espectáculos nocturnos, se suspendieron las actividades en cubierta y se bajaron las persianas de todo el barco. "Las luces brillantes, que normalmente señalan la presencia del Sea Princess en el océano, se atenuaron o se apagaron por completo. Era una nave fantasma", escribe Jasinski.

La primera noche que se produjo el apagón los pasajeros llegaron a sentir miedo, ante la sospecha de ser blanco de un atentado terrorista. Entonces, el capitán del barco, Gennaro Arma, se dirigió al pasaje por megafonía. "Se disculpó por alarmar a los pasajeros. Sin embargo, la amenaza, dijo, era real y el barco debía estar preparado para un ataque pirata", cuenta Jasinski.

En ese momento, los pasajeros entendieron por qué les habían estado mostrando documentales sobre piratería en el circuito de televisión de los camarotes. "Nos estaban preparando para lo que vendría, recordándonos suavemente que la piratería sigue siendo un problema", dice la comunicadora.

Los turistas aseguran que incluso se llegó a realizar un simulacro de ataque pirata y que a cada uno de ellos se les asignó un lugar y cometido en caso de que se produjera el ataque.

El capitán aseguró a los pasajeros que el barco era capaz de escapar de cualquier ataque pirata pero que en cualquier caso los oficiales estaban de guardia las 24 horas y las mangueras de incendios estaban listas en la cubierta siete.

A pesar de esta situación, los pasajeros afrontaron con buen ánimo la situación, afirma Jasinski. "Sorprendentemente, hubo muy pocas quejas sobre nuestros límites de anochecer hasta el amanecer", dice. Los pasajeros colaboraron para mantener la seguridad. "Una vez conscientes y alertados de la perspectiva de los piratas, observamos los barcos con más cuidado".

Desde la compañía se asegura que mantienen todos los procedimientos de seguridad en cada uno de sus viajes y que estas medidas se realizan en cada uno de sus barcos cuanto "entran en zonas peligrosas".

Pasajeros de un crucero de lujo pasan diez noches a oscuras para burlar a los piratas
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