jueves. 28.03.2024

A medida que las fronteras dentro de Europa se vuelven cada vez más difíciles de cruzar debido a las restricciones por la pandemia, algunos inmigrantes y solicitantes de asilo que entraron en Europa a través de los Balcanes intentan llegar a Francia haciendo senderismo a través de los Alpes desde Italia.

La Cruz Roja Italiana ha estado vigilando s lado de los Alpes en la ciudad de Claviere desde 2017-2018, cuando la ruta fue transitada principalmente por migrantes, en su mayoría de África, que llegaban por mar. Pero desde hace unos meses, dicen que están viendo un aumento en las familias, principalmente de Afganistán, Irán e Irak que toman la ruta.

Hace unos días, dos familias afganas intentaron la travesía: 11 personas en total, entre ellas tres niños. Es la tercera vez que este grupo intenta el cruce.

Para evitar los controles policiales, se aventuran por senderos de gran altitud que suelen ser transitados por alpinistas. Una patrulla de la Cruz Roja italiana les proporcionó información útil para la travesía, incluido el número de teléfono al que llamar en caso de emergencia.

Para orientarse, el grupo utiliza un GPS con información proporcionada por migrantes que ya han intentado cruzar.

Los puntos marcados en azul en el mapa indican las estaciones de policía. Para llegar a la frontera tuvieron que marchar durante más de cinco horas. Su destino en el lado francés es Montgenèvre: miles de migrantes se detienen en esta pequeña estación de esquí cada año, obviamente tratando de evitar el control fronterizo.

Aquí un grupo de doscientos voluntarios, formado por profesionales de la montaña, rescata a los migrantes en peligro. Sin embargo, la prohibición de cruzar la frontera les expone al riesgo de ser acusados de colaborar con la migración ilegal.

Amir Hotak, de 23 años, huyó de su Afganistán natal hace años para escapar de la violencia y la inseguridad diarias a las que se enfrentaba allí. Su odisea antes de Italia pasó por Irán, Turquía, Grecia, Albania, Montenegro, Bosnia, Croacia y Eslovenia. Ahora quiere ir a París. "En Francia es una buena vida", dijo. "No a la guerra".

Los Alpes italo-franceses pueden representar el último cruce fronterizo difícil en el arduo viaje de los migrantes. Pero caminar a través de ellos, especialmente en invierno, es difícil incluso para aquellos que han superado otros obstáculos en el camino. Muchos intentan hacerlo de noche para evitar ser vistos por la Gendarmería Nacional de Francia que patrulla a bordo de motos de nieve. Si son vistos cerca de la frontera, son devueltos a Italia después de solo unas pocas horas de detención.

El tiempo extremadamente frío de la montaña durante la noche también puede ser letal.

Según la agencia de noticias AP, unos 5.000 migrantes han sido interceptados en Claviere por la Cruz Roja desde 2017, 1.500 de ellos desde octubre del año pasado, según Michele Belmondo que patrulla las montañas para advertirles de los peligros, ayudarles con mantas y en ocasiones rescatarlos. “Desafortunadamente, ha habido casos de migrantes que fueron rescatados con heridas graves, hipotermia grave”, explicó Belmondo.

“En algunos casos ha habido lesiones permanentes. Personas a las que les amputaron los dedos debido al frío extremo", concluyó.

La peligrosa travesía de los Alpes: el nuevo corredor para los migrantes en Europa
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