viernes. 19.04.2024

Situado en el extremo sudeste de la península Arábiga, el sultanato de Omán que limita con Emiratos Árabes Unidos al noroeste, con Arabia Saudita al oeste y con Yemen al suroeste, no es un destino demasiado popular. Más bien lo contrario. Sin embargo, con toda probabilidad, se trata de uno de los lugares más interesantes, que guarda mayor respeto por sus tradiciones y mejor conservados de Arabia. Entre el desierto y el mar, entre lo antiguo y lo moderno, es una tierra de contrastes muy recomendable para anotarlo en la lista de futuros viajes.

El mes de octubre es una magnífica opción para viajar al sultanato, ya que si Omán es poco conocido como destino, no digamos sus tortugas gigantes de la reserva de Ras al Jinz y Ras al Hadd. Estas bellísimas criaturas emergen del mar, llegando a las playas para desovar. Durante la temporada entre julio y octubre, 20.000 tortugas o más depositan entre 50.000 y 60.000 huevos en las playas. Un espectáculo natural imprescindible. La ventaja de ir en octubre es el tiempo. Las temperaturas en Omán durante este mes rondan los 30 grados centígrados por el día. Pero ya no es el calor abrasador de los meses anteriores (sobre todo, julio y agosto) y además en octubre prácticamente no llueve.

Los que quieran más aventura tienen la opción de traspasar la frontera de Emiratos y cruzar a Omán, concretamente a la península de Musandam. El trayecto lleva poco más de 1 hora y 30 minutos desde Dubai. Y el paisaje, una vez se cruza la frontera, es espectacular. Una vez en territorio omaní, hay múltiples opciones: viajar en barco -en dhows tradicionales-, hacer buceo, pescar, acampar, quedarse en un hotel al borde de un acantilado con vistas al mar o ver delfines. 

En octubre puede avistar tortugas gigantes en Omán
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