jueves. 25.04.2024

Tan solo el 9 por ciento de los accidentes aéreos se producen en pleno vuelo, es decir, cuando el aparato se encuentra «en crucero». Y eso se debe a que las maniobras de despegue y aterrizaje son las que más riesgo entrañan en un vuelo, según nos ha explicado Ricardo Huercio, portavoz del Colegio de Pilotos de Aviación Comercial. «Tiene que producirse un problema realmente grave para que se produzca un accidente durante la travesía», lo que aumenta si cabe aún más los interrogantes tras la reciente desaparicióndel avión de Malaysia Airlines.

En crucero, nos explica Huercio, «realmente los problemas que pueden surgir se deben a una despresurización o a o un fallo del sistema», lo que obliga a un descenso hasta llegar a una zona respirable «porque las mascarillas funcionan unos 20 minutos».

Otro de los percances que pueden surgir es la pérdida de líquido hidráulico, lo que no afectaría directamente al vuelo, pero sí obligaría en algunas ocasiones a buscar un aeropuerto alternativo para aterrizar, porque «si desciende el nivel hidráulico puede que tengamos que buscar un aeropuerto con la pista más larga para disponer también de mayor distancia de frenado».

En todo caso, cualquier percance que se produzca durante un vuelo queda reflejado, ya que «para cualquier tipo de modificación en la ruta o en la altura tenemos que dar una notificación a los sistemas de control porque en las rutas, tanto transoceánicas como en las continentales, tenemos que avistar por dónde estamos viajando».

«Un avión no se desvanece en el cielo», nos explica, ya que aunque en un vuelo oceánico éste no siempre está controlado por el radar, existen unos márgenes de distancia por los que se tiene que circular. Según Ricardo Huercio «el radar en tierra funciona muy bien y está muy controlado, pero una vez que nos adentramos en el océano, el sistema de radar se cambia por un sistema de seguimiento por GPS». Y aunque estamos acostumbraros a los «aparatos» del coche que nos indican a la perfección la ruta en la carretera, en el casos de los aviones comerciales el sistema funcionan de forma diferente.

«Con el GPS nos movemos por tramos de navegación, es decir, que comunicas cuando entras en uno de esos tramos, y cuando llegas al siguiente. Podemos estar hablando de intervalos de unos 400 ó 600 kilómetros». Y aún así, cualquier variación en ese tramo siempre es comunicada a los controladores «por voz y aveces también por datalink, porque se tiene que modificar la estimada para no coincidir con otro vuelo a la misma hora y en la misma ruta». En todo caso, y aunque el avión se mueva en una «ruta ortodrómica», a la hora de intentar localizar el avión siempre existe un margen de esos 400 ó 600 kilómetros entre los que viaja el avión, y existen formas de calcular las posibles desviaciones del mismo.

Es por eso que no encuentra explicación a la desaparición del vuelo de Malaysia Airlines. «Tiene que haber más información de la que realmente se está dando». Por que incluso si se ha producido una avería muy importante y repentina, como para que no de tiempo a notificar la modificación en la ruta de velo «siempre existen las cajas negras, que llevan unas balizas de emergencia. Cuando detecta un cambio de velocidad excesiva, por un descenso de altura brusco, por una colisión, o incluso al tocar con la superficie del agua, comienza a emitir una señal a través del geolocalizador».

Eso es lo que sucedió con otro vuelo trágico, el de Air France «aunque después la caja negra y el avión se hundieron a 4.000 metros de profundidad. Pero hasta ese momento emite una señal que permite localizar los restos del avión».

Pero tal y como nos contaba, «tiene que ser un problema súbito y muy grande como para que no de tiempo de comunicar la incidencia», porque en realidad, durante la travesía es cuando menos riesgos se corren. «En crucero solo estás pendiente de los chequeos y de las comunicaciones, vas pendiente de que los puntos de control no varían por si es necesario variar la planificación y notificarlo». Además, por lo general, si se produce un fallo de un sistema «los más importantes son sistemas redundantes, y tienen una doble alimentación, e incluso más de dos».

Respecto a la «desaparición» en pleno vuelo del avión de Malaysia Airlines, para el portavoz del Colegio de Pilotos lo más importante es «que no haya especulaciones, porque al final se tiene que saber qué es lo que sucedió, si el avión intentó dar vuelta o no, si modificó su ruta, y sobre todo, dónde se produjo el accidente y por qué».

Y según su punto de vista «puede que sea por la forma de ser de los orientales, o por otra circunstancia, o que no quieran dar los detalles hasta tener el cien por cien de la información , pero alguien tiene que tener más datos de los que se están dando a conocer».

En la foto: tareas de búsqueda del avión desaparecido.

"Un avión no puede desvanecerse en pleno vuelo, hay más información de la que dan"
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