Un hombre árabe persiguió a una mujer, también árabe, durante más de un año hasta convertirla en su segunda esposa. Sin embargo, la novia y su familia se sorprendieron al final del primer día de matrimonio cuando el hombre señaló que quería divorciarse porque no podía sobrellevar estar casado con dos mujeres a la vez.
La abogada basada en Dubai Aisha Al Tunaigi, socia fundadora de Al Matrooshi y de la firma Al Tunaiji Law de Dubai, manifestó al diario online Emirates 24/7 que el novio se dio cuenta después de la primera noche con su segunda esposa que no estaba bien lo que hacía, y que era muy difícil para él continuar con su relación. Quería volver con su primera mujer porque estaba mucho más cómodo.
“El novio admitió que estaba enamorado de su segunda esposa. También declaró que la persiguió durante más de un año y que tanto ella como su familia habían rechazado su propuesta al principio, pero después de tanto tiempo, persistencia y peticiones aceptaron la propuesta porque vieron lo profundamente enamorado que estaba y el grado de compromiso que iba a tener con su nueva relación. Fue tras el primer día de matrimonio que el marido le dijo a su reciente esposa que la nueva situación era demasiado difícil de llevar para él y que no podía continuar con el matrimonio. Decidió separarse al día siguiente”, apuntó la abogada.
“Lo que le pasó a la segunda esposa no fue bueno”, señaló y agregó que “desde el principio el hombre sabía que tenía una primera mujer y una familia, y aún así insistió en casarse con otra mujer. No es aceptable que el hombre cambiara de opinión tras un día de matrimonio y decidiera divorciarse de ella porque le resultaba difícil estar casado con dos mujeres a la vez. ¿Qué culpa tiene la segunda esposa? La situación ha causado mucho dolor a la familia”.
Al Tunaigi dijo que recibe casos similares en los que los hombres se casan con segundas mujeres y se divorcian tras un periodo corto de tiempo. “El segundo matrimonio no es un juego. Es tan importante como el primero y debe ser tomado en serio”, continuó. “No es bueno jugar con las vidas de las mujeres y hacer que se involucren en segundos matrimonios para divorciarse de ellas en poco tiempo”.
