miércoles. 24.04.2024

Las personas que custodiaban la joya, informaron este lunes que habían descubierto una ventana rota el domingo por la mañana y que avisaron a la policía. Cuando entraron en la pequeña iglesia de piedra, se encontraron con que habían desaparecido un relicario de oro y un crucifijo. Juan Pablo II, que murió en 2005, adoraba las montañas de la región de Abruzzo, al este de Roma.

Juan Pablo II en ocasiones se escapaba en secreto del Vaticano, para caminar o esquiar allí y rezaba en esta iglesia. El pontífice polaco, que estuvo al frente de la Iglesia Católica durante 27 años, se convertirá en santo en mayo, lo que significa que sus reliquias serán más valiosas.

En 2011, el ex secretario privado de Juan Pablo II, el cardenal Stanislaw Dziwisz, entregó a la comunidad de Abruzzo sangre del difunto pontífice como una muestra del amor que el papa sentía por esas montañas.

La sangre fue colocada en un recipiente circular de cristal y oro y mantenida en una urna de la pequeña iglesia de San Pietro della Ienca, cerca de la ciudad de L'Aquila. Franca Corrieri informó a Reuters que parecía que el incidente fue un "secuestro" más que un robo.

"De alguna forma, se ha robado (parte de) una persona", explicó por teléfono. No obstante, añadió que no podía decir si la intención de los ladrones era pedir un rescate por la sangre.

Aparte del relicario y el crucifijo, no se robó nada más de la aislada iglesia, aunque Corrieri señaló que los ladrones probablemente tuvieron tiempo de llevarse otros objetos durante el robo, que se produjo por la noche. Parte de la sangre de Juan Pablo II se tomó y conservó tras el intento de asesinato que casi acabó con su vida en la Plaza de San Pedro el 13 de mayo de 1981.

Los investigadores no descartan la posibilidad de que el robo se haya producido para realizar algún rito satánico.

En agosto de 2012, tres ladrones a bordo de un tren robaron una mochila de un sacerdote que contenía un relicario a forma de libro en el que se encontraba la ampolla de sangre de Juan Pablo II, pero fue encontrada pocas horas después al haber sido abandonada cerca de la estación de ferrocarril de Marina di Cerveteri, en el litoral de Roma.

Unos ladrones roban la reliquia de la sangre de Juan Pablo II de una iglesia
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