viernes. 26.04.2024

(Texto ABC.es y Elmundo.es). Justicia poética: 40 años después de su final perdida, el Atlético opta otra vez a ser el más grande de Europa. El grupo de Simeone selló su billete hacia la gloria con un formidable triunfo en Stamford Bridge por 1-3 que dejó Londres mudo y una final tan española como histórica el próximo 24 de mayo en Lisboa contra su vecino Real Madrid. Los goles de Adrián, Diego Costa (de penalti) y Arda remontaron el tanto de Torres.

Sorprendió Simeone con la inclusión de Adrián desde el inicio, o quizás no tanto, recordando sus prestaciones frente al Barcelona en la eliminatoria previa. La verticalidad rojiblanca en el arranque propició una ocasión clara de Koke, cuyo centro chut acabó pegando en el larguero. Respondió David Luiz con una chilena que se marchó junto al poste derecho. Insistió el Atlético en sus arrancadas por la banda izquierda, con un Filipe muy activo, casi siempre secundado por Arda. En el bando azul, Fernando Torres, más acompañado hace una semana por el público en el Calderón que por sus propios compañeros, se vio esta vez más asistido.Y lo agradeció. Inició una jugada Willian por banda derecha, que dejó atrás a Godín; el balón llegó a Azpilicueta, que centró raso al corazón del área, donde el Niño remató. El balón tocó en Mario Suárez antes de alojarse en la red. Torres hizo un gesto de perdón con las manos (es el primer gol que marca al equipo de sus amores), pero el público rojiblanco no tardó ni un segundo en proferir gritos de ánimo a su equipo.

Terminó el Atlético bailando sobre el cadáver del Chelsea, encogido en una cuneta, atropellado por un colectivo descomunal, enloquecido consigo mismo, con su fútbol, con todos sus 'fútboles', porque tiene varios, y eligió el más estético, ese con el que se manosea la pelota, se acaricia y se quiere, se disfruta, se le susurran cosas bonitas al oído, y todo para hipnotizar un escenario de los grandes, un equipo poderoso, menudo ante el nuevo finalista de la Copa de Europa. El Atlético pasó por Stamford Bridge con las manos de un ladrón de joyas y la fuerza de una avalancha. Se llevó por delante los prejuicios, las estadísticas y los miedos, también los complejos, ejecutados de forma inmisericorde por un grupo de jugadores camino de completar la mejor de las 111 temporadas que conforman la historia rojiblanca. Conmueve ver a este equipo entregar su fe con los ojos cerrados a un hombre, Simeone, para el que no habrá bronce suficiente si a alguien se le ocurre hacerle una estatua en el Vicente Calderón.

Final madrileña de la Champios League
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