viernes. 26.04.2024

El Club Atlético Nacional ha hecho vivir horas de gloria a Medellín tras proclamarse campeón de la Copa Libertadores. Desde que Armani, Marlos, Borja, Macnelly, Mejía, Guerra, Henríquez, Berrío, Sánchez, Bocanegra, Díaz ..., los nuevos héroes verdolagas, terminaron de rodillas y tendidos en la cancha, besando la copa y compartiendo la hazaña con una afición pletórica, la ciudad colombiana no ha dejado de celebrar la victoria. Han sido dos días de éxtasis permanente.

Nacional, 27 años después, ha ganado el torneo internacional de fútbol más importante y prestigioso de América después de desplegar una brillante campaña, en la que superó, entre otros, a encopetados clubes de Argentina y Brasil, y al sorprendente Independiente del Valle, de Ecuador.

Cuenta el periódico El Colombiano que ha sido como si René Higuita -actualmente radicado en Arabia Saudita-, Bendito Fajardo, León Villa, Jimmy Arango, J. J. Carmona y los demás figuras de 1989 hubieran dejado en la cancha una energía especial, luego de recibir el homenaje de la fanaticada. 

En el partido del triunfo, disputado frente a Independiente del Valle, el equipo de Medellín entró a resolver el juego y al primer minuto pudo hacerlo, pero Miguel Borja (elegido el mejor del encuentro) envió el balón a las nubes del arco norte.

El mismo jugador tomó revancha y con su remate que se durmió en el arco de Librado Azcona, prendió la fiesta en el Atanasio que había tenido un instante sublime con el tifo que anunció la “gloria continental”, una frase en blanco y verde hecha por la afición.

Ese 1-0 tempranero (8 minutos) le ponía parcialmente el sello al bicampeonato en una noche de júbilo que tuvo momentos de susto, pero no lo suficientes para amargar el festejo.

"Y vamos los verdolagas a ser campeones", "queremos ganar la Copa Libertadores..." Así cantaban los hinchas que en varias ocasiones ahogaron el grito de gol por la falta de puntería de sus ídolos, mientras banderas de todos los tamaños ondeaban en las graderías.

El tiempo transcurrió y a medida que se acercaba el pitazo final del argentino Néstor Pitana, la gente acudió a las últimas fuerzas para alentar. De pie, como implorando el segundo gol que no llegó para alejar el drama, y pidiendo tiempo, terminó un juego histórico que le dio a Colombia la tercera Copa Libertadores.

Luego de los actos protocolarios, el capitán Alexis Henríquez levantó el trofeo entre serpentinas y el grito al unísono de campeón, para desatar otro momento inolvidable en el Atanasio. Una nueva faena que, a diferencia de 1989 en El Campín con Maturana y su gente, esta vez fue en casa, y guiada por Reinaldo Rueda e interpretada a la perfección por sus dirigidos.

En todo el Valle de Aburrá, así como en el país, las celebraciones estallaron desde el mismo momento en el el que Néstor Pitana decretó el final del partido con el que Atlético Nacional derrotó a Independiente del Valle y se convirtió en campeón de la Copa Libertadores.

Las fiestas y las caravanas hicieron acto de presencia por todo el territorio. El cielo de Medellín, Envigado, Sabaneta y todos los demás municipios del Área Metropolitana se llenó con el estallido de la pólvora en celebración, de tal forma que parecía una de las famosas "alboradas" de diciembre.

Días de gloria en Medellín
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