sábado. 04.05.2024

El reconocido ecuestre madrileño Santiago Varela y su experta colaboradora barcelonesa Elena Boix desembarcaron en Abu Dhabi para diseñar los recorridos de la Copa Presidente de EAU. Su trayectoria está más que reconocida. De hecho, ambos formarán también equipo para crear los recorridos para los saltos ecuestres en los próximos Juegos Olímpicos de Tokio. En un descanso mientras trabajan en el Centro Ecuestre de Abu Dhabi, los dos españoles hablaron para EL CORREO DEL GOLFO.

“Nosotros trabajamos juntos y realmente diseñamos juntos. La cara más conocida en esto seguramente soy yo pero al final todo el equipo son los que toman las decisiones y diseñan” aclara el madrileño. Santiago Varela vino al mundo en Madrid en 1968 y empezó su carrera como diseñador de recorridos de saltos a caballo en el Club de Campo de Madrid en 1984. A los 15 años obtuvo el título de diseñador local de recorridos, en 1993 ya diseñaba a nivel internacional y en julio de 2013 logró el reconocimiento de la Federación Ecuestre Internacional (FEI) como diseñador de nivel 4.

“Al principio crees que todas las cosas son como se hace en tu país, luego empiezas a viajar de verdad y entonces descubres que hay mundos totalmente diferentes pero que el deporte es el mismo. Hay una normativa para todo el mundo pero tienes que adaptarte a la forma de hacer las cosas de la zona donde estás. Aprendes a respetar a la gente, aprendes de su cultura para poder respetar a todo el mundo y eso es importante,” asevera Varela. 

El trabajo del equipo de Santiago Varela ha impresionado en Europa, EEUU, en Oriente Medio, en Asia...“No es lo mismo hacer las cosas en Europa que hacerlas en EEUU y no es lo mismo hacerlas en Europa que hacerlas en Sudamérica o en Europa que en Oriente Medio o en Asia”, concluye Varela. 

"Para nosotros nuestra estrella no son ni los jinetes ni los patrocinadores, que todo eso es importante, para nosotros nuestra estrella son los caballos"

“Nosotros a lo que vamos es a que el caballo salte bien. Para nosotros nuestra estrella no son ni los jinetes ni los patrocinadores, que todo eso es importante, para nosotros nuestra estrella son los caballos. Si las personas tenemos sentimientos y estados emocionales, los caballos también. La mezcla de estas cosas hace que este deporte tenga combinaciones infinitas, por eso es importante que al caballo, que es el único que no puede hablar, haya alguien que lo proteja y, desde nuestro punto de vista, nuestro trabajo sólo está bien hecho si el caballo puede saltar bien”, apunta Varela.

Para Elena Boix, del equipo de diseñadores que ha venido a Abu Dhabi para la Copa Presidente, la cosa es indisputable. “Somos un equipo que tenemos las prioridades clarísimas. Debajo de ese jinete siempre hay un caballo que está sometido a nuestro recorrido. Nosotros podemos facilitar su trabajo o podemos perjudicarlo. Y para que los recorridos salgan bien, que los concursos salgan bien y que en el siguiente concurso ese caballo siga saltando correctamente nosotros tenemos un trabajo importante que hacer. Depende en parte de nuestros recorridos que la vida deportiva de ese caballo siga avanzando y mejorando”, dice la española.

El caballo está entonces al centro de este deporte universal. Y al ser universal, el nivel del caballo de salto será diferente por cada zona del planeta, o quizás no. “El mundo da las vueltas y el dinero se mueve por todas partes. Hay caballos buenos por todas partes, a lo mejor lo que no hay es tantos binomios buenos. La concentración de binomios extraordinarios depende un poco del sitio del mundo donde estás. Los estándares mínimos los tienes que mantener en todas partes. Date cuenta que los puntos ranking son iguales en todas partes. Entonces, hay un principio que es que las cosas tienen que ser similares”, explica el ecuestre español.

“Dentro de eso hay un margen, obviamente”, añade el diseñador internacional.  “En Barcelona cuando ponemos las finales de la Copa de Naciones, este año teníamos a ocho jinetes de los diez primeros del ranking mundial con los mejores caballos. Pues hombre, no es lo mismo que esos ocho estén con otros caballos. Cuando están los ocho con los mejores caballos tienes que ir a lo máximo de lo máximo y juegas en el límite”, anota. “Al tope máximo te vas sólo en los campeonatos que es cuando están los caballos afinados y los tíos afinados. Es como en todo deporte. Pero en este caso que hay una parte que influye en la competición que son los recorridos, hay unos estándares mínimos que se tienen cumplir en todo el mundo por igual. Da igual si se gana con 4 puntos, con 8 o con cero, hay que cumplirlos facilitando la vida de los caballos”, asevera Varela.

Las disciplinas ecuestres son las únicas olímpicas en las que tanto el hombre como la mujer compiten bajo las mismas condiciones, lo mismo para yeguas y caballos. Es decir, que si en un gran premio un obstáculo es de 1.6 metros de altura y ocupa 2 metros de ancho, el binomio jinete-caballo lo debe saltar sin más, sea el jinete mujer u hombre, el equino yegua o caballo. No hay diferencia. Lo mismo en el tema del puntaje.

“Está demostrado que las mujeres son sumamente habilidosas y de la misma manera compiten igual yeguas que caballos”, acota la barcelonesa Elena Boix, jefe de pista y parte del equipo que ha diseñado los recorridos de la Copa Presidente de EAU. “En este caso no tenemos en ningún sentido diferenciación de género y el tiempo ha demostrado que en este deporte las mujeres lo hacen igual de bien. No veo un motivo para que no sea así”, afirma la experta española.

La canadiense Gail Greenough fue la primera mujer en lograr la presea de oro mundial allá por el año 1986 en el Campeonato Mundial de Saltos a Caballo de Aachen Alemania. Tras clasificar con su equino Mr. T a la prueba ‘Final Four’ en la que los cuatro mejores jinetes montarían una ronda en cada uno de los cuatro caballos, a saber, Mr. T, Abdullah, Apollo y Jappeloup, la norteamericana Greenough completó las cuatro rondas sin ninguna falta.  Gran proeza si se toma en cuenta que fue su primer mundial y que superó a jinetes de la talla del medallista olímpico de plata Los Ángeles 1984 Conrad Homfield, del campeón olímpico de Río 2016 Nike Skelton y del subcampeón olímpico de Barcelona 92 Pierre Durand.

“Hace muchos años ponían pesas en las monturas para igualar los pesos, pero se demostró que era absolutamente ilógico porque no es lo mismo un peso muerto saltando que un peso que se mueve con el caballo. Entonces ahora se compite en igualdad de condiciones si eres una mujer gorda o delgada, igual si eres un hombre gordo o delgado, o si eres alto o bajo”, señala Varela.

"Contentar a todos a la vez es imposible. Con acierto o desacierto hacemos las cosas con criterio. No somos influenciables”

Aunque los caballos no hablen los jinetes sí lo hacen e incluso pueden ser bastante elocuentes al momento de referirse a tal o cual recorrido y quien lo diseñó. La relación entre jinetes, entrenadores y jefes de pista debe de tener sus altibajos si se toma en cuenta que la salud y desarrollo técnico tanto del jinete como del caballo están en juego, no se diga las grandes sumas de dinero que se manejan.

“Evidentemente siempre hay cosas que haces que algún jinete no está de acuerdo y vienen y hasta te lo dicen. ¡No pasa nada! Creo que ellos notan nuestra voluntad de facilitar el resultado final. Que los caballos salten bien, que el siguiente fin de semana pueda saltar sin problemas. En este deporte unos derriban y otros no, unos son más rápidos, pero ellos notan que cuidamos de ellos. Entonces yo tengo una muy buena relación en general con los jinetes”, nos cuenta Elena Boix.  “Gracias a Dios somos bien recibidos por los jinetes”, dice Varela. “Porque nosotros nos ocupamos de las herramientas de su trabajo, de su salud. Contentar a todos a la vez es imposible. Con acierto o desacierto hacemos las cosas con criterio. No somos influenciables”, concluye el perito ibérico.

Esta es la primera vez que Boix construye saltos en un concurso internacional en Oriente Medio, en Abu Dhabi. “Estoy conociendo muchas cosas nuevas de la cultura de aquí que no conocía. Creo que este concurso es fabuloso y lo estoy pasando muy bien”, señala la barcelonesa Boix.  “No me sorprende nada. Al final el deporte es el mismo. Nosotros hemos de construir los saltos exactamente igual. Tenemos buen personal de pista, buenos obstáculos, tenemos una muy buena pista y desde luego hay excelentes caballos. Hemos de ajustar las pruebas como en todos los concursos internacionales. Yo estoy encantada de haber venido”, afirma.

“Si no estuviera encantado no vendría por segunda vez”, apunta Varela. “El Comité Organizador siempre se ha portado muy bien con nosotros. Los jinetes de Emiratos han sido especialmente cariñosos con nosotros. Para nosotros venir a una parte tan lejana y que nos tengan en gran consideración, pues, es muy importante”, destaca el entendido madrileño.  “Es una experiencia. Muchas veces, probablemente por incultura, la gente no respeta igual el deporte dependiendo en que zona del mundo esté y es mentira. Uno por los menos actúa de manera coherente”, acota Varela.

DISEÑADORES OLÍMPICOS

El equipo liderado por Santiago Varela y del que forma parte Elena Boix  se encargará de los recorridos de concursos de saltos a caballo de los próximos Juegos Olímpicos de Tokio, postergados para 2021. “Nunca pensamos que íbamos a tener esa oportunidad, la verdad. Yo creo que si todos lo hubiéramos pensado le habríamos dicho al de la banda calla”, exclama Varela, quien ya fue delegado técnico de los Juegos Olímpicos de Río 2016, bajo la tutela del equipo brasileño Guilherme Nogueira.

“Los juegos olímpicos si te toca alguna vez, te va a tocar una vez en la vida. El movimiento olímpico es totalmente diferente. Es decir, cuando vives unos juegos olímpicos desde dentro lo entiendes perfectamente. Los delegados técnicos de cada deporte ven la maquinaria de verdad y entonces notas que tu deporte es una pieza dentro de un engranaje monstruoso que es la olimpiada”, señala Varela. “Si además te toca a la olimpiada siguiente diseñarlos pues no puedes más que darle gracias al cielo y ponerle toda la ilusión”, añade. 

En el equipo de Varela ya han estado dos años trabajando en el diseño. Tendrán que hacer uso de toda su amplia experiencia y conocimientos. En las olimpiadas no puedes darte el lujo de presentar algo incompleto o improvisado.  “Los obstáculos olímpicos los diseña el jefe de pista, el diseñador de recorridos. Es bonito diseñarlo, es una experiencia”, cuenta la diseñadora catalana. 

“En la olimpiada diseñas cada uno de los obstáculos. En otros tú llegas y hay un material. En la olimpiada llegas y haces un material adhoc para los juegos. Además tiene que ser así como novedoso cada cuatro años. Y la verdad es que lo hemos pasado muy bien diseñándolos”, cuenta Varela.

Aunque Varela y Boix ya han desistido de aprender japonés, los organizadores del evento han quedado gratamente impresionados por el profundo conocimiento de la cultura japonesa que ambos ya han adquirido. “También es verdad que hemos contado con la ayuda del equipo organizador de los Juegos Olímpicos y de la gente del equipo de Yasuhiko Haruta”, recalca Varela.

Al fin y al cabo, para cuando se emita la señal de televisión, los televidentes de todo el mundo deben “percibir” a Japón en sus pantallas. “De eso se trata. Eso que es muy complicado porque la cultura japonesa es bastante diferente de la cultura occidental. Creo que vamos aprendiendo y creo que ellos están contentos con lo que han visto y yo también. Para llegar hasta aquí hemos trabajado mucho”, concluye el diseñador de recorridos español Santiago Varela.

Cuarenta y tres obstáculos se van a construir para las pruebas de saltos a caballo de los Juegos Olímpicos de Tokio.  “Es una experiencia distinta y bonita.  Estoy muy ilusionada la verdad”, dice la jefa de pista barcelonesa Elena Boix, antes de volver al torneo, en el que el equipo emiratí de saltos ha conseguido su paso a la final de la Copa de Naciones que tendrá lugar en Barcelona en octubre de este año. Abdullah Al Ameri, Mohamed Al Kumeiti, Mohamed Al Owais y Hamed Al Kirbi serán los cuatro jinetes que harán brillar la bandera emiratí en Barcelona.

Los dos españoles que hacen saltar los caballos por todo el mundo
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