Francisco Alonso, junto a varios aficionados, bandera de México en mano. (Celia Unquiles)La Embajada de México en Abu Dhabi y su máximo responsable, Francisco Alonso, se están volcando con los miles de aficionados que siguen a su selección de fútbol en la Copa del Mundo Sub 17 que actualmente se celebra en Emiratos Árabes Unidos. Hasta el punto de que el embajador se ha convertido en una de las figuras destacadas en cada celebración de las victorias que han llevado a los jugadores hasta las semifinales del Mundial.
Emocionado abrazo de familiares de jugadores. (Celia Unquiles)Alonso se encuentra al 'pie del cañón' de forma permanente y es habitual verlo rodeado de compatriotas a los que no duda en ayudar en cuanto necesitan, desde procurarles entradas hasta darles el abrazo de ánimo y de felicitación. Y lo está haciendo en cualquier situación, en caso de amarga derrota, como sucedió en Al Ain en el partido frente a Nigeria, afortunadamente ya olvidado y superado, o de gran triunfo, que es el resultado alcanzado por el combinado mexicano en los cuatros partidos siguientes.
El embajador con Raúl Gudiño y con su padre. (Celia Unquiles)Muy especial y trabajada fue la victoria de México frente a Brasil, lograda el pasado viernes en Dubai, con un Rashid Stadium llenó hasta la bandera, después de acabar el encuentro en empate a uno y decidirse la eliminatoria en un maratón de penaltis. Francisco Alonso se encontraba exultante aunque reconocía lo mucho que había sufrido. "He perdido cinco kilos", aseguraba el embajador mientras se dirigía a pie de campo para celebrar con sus paisanos la gesta y respondía a cada una de las llamadas y de los saludos de los aficionados. Su popularidad se ha disparado entre los suyos en Emiratos.
Lágrimas en los ojos en los familiares de Alejandro Díaz. (Celia Unquiles)Una vez llegó al césped, emocionantes imágenes se sucedieron una tras de otra. El embajador abrazó a jugadores, aficionados y seguidores, que se reunían después de la tensión del partido. En total se lanzaron 21 penaltis. Y cada uno de ellos fue vivido por los entregados hinchas mexicanos como un momento determinante para el futuro.
Familiares de jugadores se felicitan. (Celia Unquiles)Francisco Alonso se mostraba absolutamente entregado. Muy feliz por ver a sus compatriotas con la mirada puesta en una semifinal que puede poner de nuevo a la Selección de México a las puertas de una gran meta deportiva. La cita es el próximo martes en Abu Dhabi frente al ganador del encuentro Argentina-Costa de Marfil.
De momento, los mexicanos no dan nada por ganado. Como reconocía el propio padre de Raúl Gudiño, portero titular de la selección, "a estas alturas no hay enemigo chico". Tienen los pies en el suelo. Pero albergan grandes esperanzas de levantar de nuevo entre sus manos la copa que les acredite como los mejores del mundo. Entre ellos, Francisco Alonso, un hombre, un mexicano, que se entrega cada minuto del día a la noble causa.
Fue tanta la presión acumulada en un encuentro digno de gran final de la Copa del Mundo, que las lágrimas afloraban en los ojos de todos los implicados. Los jugadores buscaban a sus padres y los padres a sus hijos mientras los seguidores intentaban hacerse una foto con los héroes de la jornada, entre los que ocupaba un lugar destacado Raúl Gudiño, que no sólo realizó un espectacular partido con paradas de película sino que además en los momentos decisivos de la tanda final detuvo dos penaltis y marcó uno.
A él precisamente, a Raúl Gudiño, fue uno de los primeros que abrazó y felicitó el embajador. Mientras se dejaba fotografiar con el meta, elegido en 2012 el mejor portero del mundo en su categoría, cogía su mano con gran afecto y cariño. El gesto lo resumía todo.
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