domingo. 28.04.2024

A finales de 2015 la Junta Directiva del Banco Mundial (BM) y la Corporación Financiera Internacional (IFC) se comprometieron a crear un Banco Internacional de Inversión en el sector del agua que previeron vería la luz a finales de junio de 2023.

La iniciativa se presentó ante el grupo del Banco Mundial en Washington dándole luz verde "por su gran importancia para el mundo y los objetivos de desarrollo sostenible". El resultado es la creación del Banco Internacional del Agua (IWB ) y la Alta Autoridad para el Agua así como su iniciativa internacional que encabeza el secretario general de las Naciones Unidas y el presidente del Banco Mundial.

Con sede en Holanda, el fundador y presidente del IWB, Rashad Mustafa Shawa, ideólogo y promotor de la creación de este banco, lanzó el proyecto al comprobar que tanto el Banco Mundial, el Banco Islámico, el Banco Europeo de Desarrollo, diferentes bancos e instituciones internacionales, quienes tienen aún la competencia para sufragar obras en beneficio del sector del agua, destinan al negocio solo un pequeño porcentaje del que invierten a sus principales negocios.

En distintas declaraciones recientes, Shawa ha señalado, siempre con rotundidad,  que la escasez del recurso del agua es un problema que concierne a todo el planeta y si no se aborda de forma global y urgente las consecuencias pueden ser nefastas para todas las sociedades.

Su testarudez por poner en marcha el proyecto, dice machaconamente una y otra vez, que se debe a la ausencia de instituciones financieras o bancos especializados para financiar la producción y el tratamiento, desalinización, riego, suministro, transporte, almacenamiento y toda la infraestructura relacionada con el agua, "que incluye energía limpia, electricidad, administración y operación".

El capital del IWB se fijó cuando solo era un proyecto en 5.000 millones de euros. A finales de 2022 contaba con 100 millones de euros. La primera fase de suscripción al mismo concluye con este mes de julio.  

A principios de este mes representantes de la Organización Mundial Islámica para la Educación, la Ciencia y la Cultura (ICESCO) se reunieron en su sede en Rabat, Marruecos, con directivos del IWB para, según ha notificado la misma ICESCO en su web, discutir las diferentes estrategias y propuestas para cooperar en mejorar la seguridad y la calidad del agua en los países del mundo islámico "estudiando con detalle la movilización de los recursos necesarios para implementar iniciativas, programas y proyectos conjuntos dirigidos al desarrollo de infraestructura y tecnología innovadora en el campo del agua, agua y saneamiento y perforación de pozos en zonas frágiles".

ICESCO ya desarrolla programas y proyectos para mejorar la distribución y saneamiento del agua en los países del mundo islámico. Por su parte el IWB manifestó a través de Rashad Shawa que la cooperación entre ambas entidades contribuirá a que se alcance el sexto objetivo de Desarrollo Sostenible de la ONU (garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos). Tanto unos como otros manifestaron al término de la reunión la aspiración de "construir una cooperación fructífera".

Bajo la premisa de que el agua es un derecho innegable, el IWB, primer banco de agua del mundo específicamente creado para financiar proyectos relacionados con el sector del agua (Innovación y tecnología del agua, aguas residuales, transporte del agua, infraestructura, desalinización, represas y otros), dice tener entre sus objetivos el crear una verdadera asociación entre el sector público y privado en aras a movilizar la inversión privada en este campo así como ser el centro director para las finanzas del agua a nivel mundial.

Manifiesta además estar comprometido a financiar proyectos con parte de los fondos de las ganancias obtenidas, para con tasas de préstamo reducidas en comparación con las de los mercados financieros, poder abordar los proyectos del sector allí donde solo podrían realizarse cuando los criterios de rentabilidad tengan tasa de interés favorable.  

El IWB pretende, según consta en su web, ser pilar mundial para garantizar el agua para todos ayudando al desarrollo del sector y principalmente "para los pobres", al tiempo que trata de "proporcionar financiación para la industria del agua generando rendimientos atractivos para los fundadores e inversores".

Rashad Al Shawa. (Fuente externa)
Rashad Al Shawa. (Fuente externa)

Rashad Al Shawa ocupó varios altos cargos ejecutivos en varios bancos internacionales en Suiza y Gran Bretaña durante más de 30 años. Las pocas inversiones y renuncia de los bancos comerciales y financieros a centrar su actividad en el sector del agua le hizo lanzar la idea de crear un banco internacional especializado en "financiar el sector del agua a nivel internacional con un enfoque en la región de Oriente Medio y el mundo" ya que cree que "el agua es el petróleo del siglo XXI".

Está convencido de que quien sea dueño de sus fuentes y autosuficiente será dueño de sus decisiones y podrá estar tranquilo sobre el futuro de la vida de la sociedad, la economía y el estado al mismo tiempo. En esta línea, ha ha vaticinado que "el volumen de inversión en el sector del agua será el doble del tamaño de la economía mundial después de veinte años".  según consta en la que entrevista que iktissadonline le hizo a Al Shawa en agosto de 2022, donce aclara que el IWB no está sujeto a ninguna influencia política o presión inversora de ningún país.

Hoy más que nunca esta iniciativa, ya puesta en marcha, debe convertirse en una realidad ante la emergencia que atisban y padecen muchos países del mundo, incluida España y la mayoría de los países árabes, sobre todo los del Golfo Arábigo.

Trabajar de forma global para garantizar el derecho del ser humano al acceso al agua garantizará que las chispas de los conflictos y enfrentamientos que ya empiezan a observarse entre Etiopia y Egipto, Turquía, Irak y Siria, queden solo en destellos. La escasez del recurso del agua en la mayoría de los países árabes y en una parte de Europa ya se ha comprobado que lleva a rencillas y luchas encubiertas, entre otros desastres.

El plan para el mundo árabe ante la emergencia por la falta de agua
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