Las concentraciones de metano han aumentado en Emiratos Árabes Unidos, según ha revelado un nuevo estudio. Los niveles son altos en las zonas costeras, donde hay vertederos y hábitats de sabkha (zonas de marismas o salinas), que son fuentes clave de ese gas. Tierra adentro, las concentraciones son altas alrededor de las montañas Hajar, donde se cree que las granjas y los microorganismos que viven en los wadis emiten metano.
Los investigadores de la Universidad Khalifa en Abu Dhabi detrás del nuevo estudio en Frontiers in Environmental Science utilizaron datos satelitales para calcular las concentraciones del gas, que tiene la fórmula química CH4, en los últimos años. Descubrieron que los "valores de columna" de metano, conocidos como XCH4, aumentaban alrededor de nueve partes por mil millones por año. Esta cifra fue el doble del aumento registrado en otros dos lugares, el Ártico y Argentina, donde se ha llevado a cabo un trabajo similar utilizando datos satelitales.
La profesora asistente en el Departamento de Ciencias de la Tierra en la Universidad de Khalifa y primera autora del estudio, Diana Francis manifestó que los aumentos en la concentración probablemente fueron en su mayoría el resultado de la actividad humana “relacionada con el crecimiento de la población y el desarrollo económico local y a nivel mundial”.
“Los vertederos y los sitios industriales en general son los contribuyentes más importantes a las emisiones antropogénicas y, por lo tanto, son las fuentes clave en las que centrarse cuando se trata de estrategias hacia el Cero Neto”, explicó la profesora según informó este martes el diario The National. Una gran proporción del metano sobre EAU puede provenir, dijo, de países del norte, dado que los vientos predominantes son del noroeste.
El metano es 86 veces más potente que el CO2 para calentar la atmósfera de la Tierra durante un período de dos décadas. Mientras que el CO2 conserva su capacidad de calentamiento durante unos 200 años, el metano solo permanece entre nueve y 12 años. Como resultado, las medidas para reducir las emisiones de metano pueden tener un efecto importante en la limitación de los aumentos de temperatura en un período relativamente corto.
Calentamiento global
Los científicos estiman que el metano es responsable de alrededor de 0,5 °C del aumento de las temperaturas experimentado desde la época preindustrial. Esto es poco más de un tercio del calentamiento total. EAU se encuentran entre las 150 naciones que firmaron el Compromiso Global de Metano, un acuerdo para garantizar que las emisiones de metano en 2030 sean un 30 por ciento más bajas que en 2020. Los organizadores del compromiso aseguraron que reducir las emisiones de metano en un 30% para 2030 “podría eliminar más de 0,2°C de calentamiento para 2050”.
Francis explicó que reducir las emisiones de metano requería la implementación de regulaciones, la introducción de nuevas tecnologías y, en varios sectores, esfuerzos para minimizar las fugas, las pérdidas y las emisiones.
Vegetación absorbente de metano
Incluso en hábitats naturales que emiten cantidades significativas de metano, como los hábitats sabkha, se pueden realizar esfuerzos para reducir las emisiones, como ayudar a promover el crecimiento de la vegetación nativa, incluidas las plantas adaptadas a la alta salinidad, como Salicornia. “La vegetación actúa como un sumidero de metano y puede ayudar a reducir las emisiones al absorber el gas”, sostuvo Francis, quien dirige el laboratorio de ciencias ambientales y geofísicas de la Universidad de Khalifa.
Otra forma de reducir las emisiones de metano es evitar la alteración del suelo, ya que esto puede liberar el carbono almacenado y desencadenar la producción y liberación de metano, agregó. “Al reducir las emisiones de metano, podemos ayudar a mitigar significativamente la tasa de calentamiento global en las próximas décadas y sus impactos asociados, como el aumento de las temperaturas, los fenómenos meteorológicos extremos y el aumento del nivel del mar”.
Los investigadores detrás del último estudio realizarán más mediciones de los niveles de CH4 en EAU. Esto ayudaría, por ejemplo, a distinguir entre el metano que se origina local y regionalmente, y entre el causado por la actividad humana y la naturaleza. “Esto es muy crítico si queremos implementar medidas y estrategias efectivas para la reducción de emisiones”, concluyó Francis.
