La pandemia ha desbaratado por completo el verano de muchos de los 2.618.592 españoles que, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), viven en el exterior, y más concretamente a los 5.959 expatriados hispanos que residen en Emiratos Árabes Unidos en 2020.
La estación del verano para los españoles siempre ha estado relacionada con vacaciones y siendo expatriado significaba descansar en casa. Ahora todo ha cambiado. Nadie sabe qué pasará mañana. España abre sus fronteras con Europa precisamente este domingo 21 de junio, a excepción de Portugal, pero con el resto del mundo la apertura es incierta y de los cerca de dos millones y medio de españoles que residen en el extranjero, más de la mitad (63%) lo hacen fuera de Europa.
Los viajeros españoles en el exterior se debaten entre las vacaciones y el riesgo que implica quedarse aislado en caso de que algo salga mal o no poder volver a su trabajo en la fecha prevista.
La Embajada de España en Abu Dhabi divulgó la semana pasada que todo residente que esté en Emiratos Árabes Unidos y abandone el país lo hará sin tener ninguna certeza sobre la posibilidad de regresar, con las consecuencias que esta circunstancia pueda tener en aspectos como residencia, domicilio, colegios y trabajo, por lo que aconseja que "se medite bien sobre estas cuestiones antes de tomar una decisión". Esta información la hizo pública a través de un detallado 'mailing' tras mantener un representante español una reunión por videoconferencia con responsables emiratíes.
"De momento aquí me quedo.... vuelo cancelado y con todo tan incierto seguiremos en remojo para superar el verano del desierto!", escribió en su perfil de Facebook Cristina Franco, una conocida diseñadora española en Dubai, y como ella muchos son los que se han resignado a pasar el verano bajo el calor asfixiante de Emiratos Árabes.
Otros no se resisten a la idea de quedarse sin vacaciones en España. "Todo puede cambiar hasta agosto", señaló Mariano Andrés, responsable de Comidas y Bebidas en el centro comercial Wafi de Dubai a EL CORREO DEL GOLFO, "tengo la certeza de que volaré a Asturias este verano", vaticinó.
En ese sentido se pronuncia también la profesora y antropóloga española en EAU Ino Sánchez: "Tengo unas obras pendientes en casa que he de supervisar, voy a intentar viajar a España el mes próximo", dijo.
La psicóloga experta en duelo migratorio Celia Arroyo describió a verne.elpais.com que los expatriados consideran la vuelta al lugar de origen como "un balón de oxígeno". Sin embargo, ese balón de oxígeno ahora ha explotado. "No es lo mismo vivir el coronavirus en España que fuera. Hasta ahora estar fuera de España era una situación reversible en cualquier momento"."Sin embargo, en cierta medida ahora pueden tener la sensación de estar atrapados, lo que ha hecho que aumente la distancia psicológica con la familia".
Hace tiempo se consideraba que las personas que emigraban a un país sin conocer el idioma o sin tener acceso al sistema sanitario experimentaban tradicionalmente una sensación de temor por la salud, contó Arroyo. Esta emoción, que se conoce como "duelo por riesgos físicos", se ha extendido durante la crisis sanitaria a cualquier persona en el extranjero, independientemente de su conocimiento del idioma o de su acceso al sistema sanitario.
"La pandemia ha demostrado que hay una parte emocional ante la idea de enfermar fuera de casa que es intrínseca a cualquier persona que haya dejado su país de origen", afirmó. "Además, también hemos detectado otro denominador común en gran parte de los emigrados: llegan a sentir culpa por si enferman y contagian a algún familiar en su visita estival", concluyó.
