sábado. 27.04.2024

La abogada de Fátima Ofkir, la joven española que cumple cadena perpetua en Omán por tráfico de drogas desde 2018, confía en que antes de fin de año se produzca su extradición a España ya que, ha explicado, el Ministerio de Exteriores se ha comprometido a ello con la familia de la chica.

Tras un año y medio de silencio mediático, la abogada de Fátima, Mónica Santiago, ha decidido volver a explicar su situación a nivel público: "Hemos estado callados porque las personas que nos han estado ayudando en las gestiones con Omán nos pidieron que así lo hiciésemos", ha dicho en una entrevista con la agencia EFE.

La letrada habla ahora porque quiere explicar a la gente que ahora ve "cada vez más cerca" la vuelta de Fátima y porque considera justo reconocer la mediación de los que han trabajado por ese regreso.

En 2018, con 18 años, influida por "una situación personal difícil", Fátima viajó a Omán, a instancias de un conocido suyo, con la intención de recoger un paquete de droga (siete kilos de morfina) y traerlo de regreso a España.

Aunque finalmente se arrepintió estando en el hotel donde debía coger el paquete, la policía omaní la detuvo allí en posesión de la morfina y, tras un juicio que su abogada tacha de "irregular", fue condenada a una cadena perpetua que hoy en día cumple en una cárcel de Muscat, la capital de Omán.

"CONFIAMOS EN QUE HAYA UNA EXTRADICIÓN ANTES DE FIN DE AÑO"

La vía para traer a España a Fátima en la que más confía ahora tanto la defensa como la familia de Fátima es su extradición. Al no haber un convenio de extradición general entre el país árabe y España, el Ministerio de Exteriores lleva tres años trabajando en un acuerdo específico para Fátima: lo empezó la antigua titular de la cartera Arancha González Laya y ha continuado la tarea José Manuel Albares.

De hecho, la abogada de Fátima afirma que Exteriores les asegura que el trabajo está "bastante avanzado" y se ha comprometido con la familia de Fátima a que se materialice antes de que termine la legislatura actual, que acaba en diciembre. Si se extraditara a la joven, esta sería trasladada a una cárcel española y la cadena perpetua quedaría atrás al no existir en el ordenamiento español: a su llegada se tramitaría un expediente penal español para buscar una pena que encajara con los hechos de los que está acusada. "Nuestro código penal castiga la posesión de sustancias ilegales con tres años de cárcel. Ella ya ha cumplido cinco, por lo que es muy probable que si se consigue la extradición, Fátima sea puesta en libertad cuando llegue a España", asegura su abogada.

UNA NUEVA VÍA PARA EL INDULTO

Paralelamente a la extradición, la defensa de Fátima trabaja en otra vía para su regreso: el indulto. Pero en ese camino existe un obstáculo: la ley omaní no permite concedérselo a un condenado a cadena perpetua. No obstante, recientemente se ha abierto un resquicio en esa dirección: un cambio legislativo aprobado hace tres meses concede a los castigados a cadena perpetua la posibilidad de interponer un recurso extraordinario de revisión de sentencia. Por eso, la letrada de Fátima se encuentra ahora en el proceso de buscar un abogado omaní de confianza que pueda asumir el encargo de interponer ese recurso e intentar que le rebajen la pena a Fátima a un número concreto de años de prisión, lo que permitiría que eventualmente fuera indultada por el sultán.

Ese recurso, que según la letrada estaría basado en que las pruebas demuestran que se arrepintió de lo que iba a hacer y que nunca llegó a vender droga ni a formar parte de una organización criminal, tardaría unos seis meses en tramitarse.

AMAGO DE EJECUCIÓN

Mientras tanto, el estado psicológico y anímico de Fátima "fluctua" y, recientemente, sufrió un episodio especialmente crítico. La legislación omaní permite a los condenados a cadena perpetua solicitar su propia ejecución y, si la familia lo aprueba, el estado ejecuta al preso que lo ha pedido. Hace dos meses, Fátima, en una llamada a su familia, comentó que la idea le estaba rondando por la cabeza. "Gracias a Dios pudimos convencerla de que no lo hiciera", explica a EFE su padre, Alí Ofkir, que reconoce que la situación es "muy dura" tanto para la familia, que reside en Barcelona y no ha podido ir a verla nunca, como especialmente para Fátima.

En la prisión donde está, Fátima está obligada a llevar el burka, rezar oraciones islámicas cinco veces al día y solo puede llamar a su familia cada dos semanas en una llamada que dura apenas un par de minutos. Además, desde que en la cárcel se supo que estaba condenada por una cuestión relacionada con drogas, ninguna presa quiere entablar relación con ella.

"ESTAMOS ESPERANZADOS"

A pesar de todo, la abogada Mónica Santiago confía en que, si el Ministerio español cumple, el regreso de Fátima está cada vez más cerca: "Estamos esperanzados", asegura. Además del Ministerio, han mediado en el caso otras personalidades como el exmagistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, que viajó hasta Omán y pudo reunirse tanto con Fátima como con personas influyentes del país para pedirles un trato justo hacia la joven catalana.

La abogada de la española condenada a cadena perpetua en Omán confía en la extradición
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