El fiscal General de Emiratos, Salem Saeed Kubaish, anunció que Alaa Bader Abdullah, la acusada en el caso del crimen conocido como la matanza de Al Reem Island, ha sido sometida en la Corte Suprema de la Nación a audiencia por los siguientes cargos formulados en su contra: la eliminación deliberada de la víctima Ibolya Ryan, apuñalándola con un cuchillo, tratar de matar a los residentes de un apartamento en el edificio de Al Habtoor en la Corniche de Abu Dhabi colocando un artefacto explosivo cerca de la puerta del piso, tratar de hacerlo estallar con un detonador con el fin de matar a los residentes, un crimen que no se completó porque el fusible no funcionó.
La presunta asesina también fue acusada de los cargos de utilización de materiales explosivos sin licencia, lo cual está prohibido por la ley y de gestionar una cuenta en Internet bajo un seudónimo con el fin de promover las ideas de un grupo terrorista, publicando información destinada a distorsionar la reputación, el prestigio y la importancia del Estado y socavar sus figuras, además de la financiación de una organización terrorista. La mujer cometió esos delitos con fines terroristas para causar la muerte, provocar el miedo entre la población, comprometer al país y poner en peligro su seguridad y estabilidad.
El Fiscal General añadió que los cargos fueron presentados contra la acusada después de múltiples investigaciones que revelaron que antes de cometer su crimen, la mujer escuchó conferencias a cargo de Osama bin Laden y Abu Musab AlZarqawi (líderes de al-Qaeda), vídeo clips de ejecuciones y decapitaciones perpetradas por grupos terroristas, lectura sobre actos de terrorismo, que influyeron en sus creencias, convirtiéndola en seguidora de ideologías destructivas y terroristas, abrazar el 'takfiri' y la ideología yihadista y luego participar en actos de apoyo de las organizaciones de Al Qaeda y Daesh. A través de su cuenta en Internet promovió y publicó materiales audiovisuales e impresos de los grupos terroristas. El Procurador General manifestó que los fondos donados por la acusada Al Qaeda tenían como objetivo financiar operaciones terroristas dentro de los Emiratos Árabes Unidos.
"El acusado cometió un crimen en contra de una residente extranjera, una mujer de Estados Unidos, en un centro comercial para sembrar el terror entre los ciudadanos y visitantes, y para avergonzar y socavar a las autoridades del Estado a nivel mundial", explicó el fiscal general que además agregó que la acusada había confesado en detalle a los investigadores haber cometido estos crímenes. Durante estas investigaciones, el Fiscal General hizo hincapié en que la acusada tuvo todas las garantías legales.
