El Tribunal de Primera Instancia de Al Ain, en el emirato de Abu Dhabi absolvió a un asiático de unos treinta años del cargo de asesinar a una mujer árabe e intentar matar a otro hombre. Sin embargo, el sospechoso, que será ingresado en un centro especializado, deberá pagar el dinero de sangre de 200.000 dirhams a los herederos de la víctima.
Según los documentos del caso, el sospechoso asesinó a la árabe premeditadamente con un cuchillo. Al ver a la víctima, la apuñaló en el pecho con la intención de quitarle la vida. Además, intentó asesinar a un hombre apuñalándolo varias veces con el mismo cuchillo, con la intención de matarlo, pero sobrevivió. Luego trató de suicidarse y se provocó heridas. Cuando fue detenido, se comprobó que consumía sustancias psicotrópicas.
En el tribunal y en presencia de un traductor, el Ministerio Público y su abogado, el sospechoso confesó que padecía problemas psicológicos y que había comprado un cuchillo para quitarse la vida, luego afirmó que mató a la víctima mientras estaba desorientado. Al ser cuestionado sobre la cantidad de puñaladas que le propinó a la víctima, dijo que no se acordaba, agregó que no hubo disputas previas con ella. Negó haber intentado matar al otro hombre y que su ataque fue en legítima defensa. Según los informes, confesó haber intentado suicidarse, mientras que negó los dos cargos de ser sorprendido en un estado de peligro para la seguridad de las personas y abusar de una sustancia psicotrópica.
El tribunal ordenó que el sospechoso fuera ingresado en el departamento de psiquiatría del Hospital Gubernamental de Al Ain, a fin de aclarar su estado mental en el momento de cometer los delitos y se comunicó con la Embajada del país del sospechoso para solicitar la opinión de los herederos por si pedían el perdón a cambio del dinero de sangre.
El informe psiquiátrico del Hospital de Al Ain indicó que el sospechoso debía ser ingresado para recibir tratamiento, ya que sufría de tristeza, trastornos del sueño, ataques de llanto, pensamientos suicidas y alucinaciones auditivas, lo que resultó en un comportamiento perturbado el día del incidente. El informe psiquiátrico emitido por Khalifa Medical City indicó que el sospechoso sufría de depresión acompañada de síntomas psicóticos y no era responsable de su comportamiento y acciones en el momento del incidente. El tribunal explicó que la enfermedad mental excluía la responsabilidad penal en el momento de cometer el delito, por lo que no era penalmente responsable.
