Un grupo inversor de Dubai y otro de Rusia han comprado la patente del mecanismo diseñado por el español Miguel Ángel Levanteri como base del urinario que lava y seca, en un acuerdo que se cerró este jueves en Hong Kong y que reserva al inventor y sus socios de la empresa E & I los derechos para explotar durante 18 meses el denominado urinario 2.0 en el ámbito de la Unión Europea. Así lo ha confirmado el propio Levanteri, que se mostró satisfecho con el trato alcanzado, pero evitó revelar el importe de la venta al formar parte de un acuerdo de confidencialidad, según informa El Mercantil Valenciano.
Esta reinvención más higiénica del urinario es fruto del trabajo de tres valencianos: el propio Gevorkyan; su compañero, el economista Iván Giner, con quien fundó la empresa E&I de dispositivos de carga de móviles en bares y locales; y el técnico Miguel Ángel Levanteri, que aportó la pregunta que dio lugar al invento: cómo rediseñar el clásico urinario y convertirlo en algo que marcara la diferencia.
El sistema se compone de un sensor que se activa con el uso del urinario. Cuando el usuario ha terminado de utilizarlo, los sensores lo detectan y ponen en marcha una cortina de agua enjabonada cuya temperatura varía según la estación: más fresca en verano y más caliente en invierno, que en tan solo tres segundos limpia el pene del que haya utilizado el urinario.
Según su inventor, todo son ventajas en este sistema que está diseñado para adaptarse a los diferentes usuarios y que funciona igual independientemente del tamaño de su miembro "para que nadie en el mundo quede discriminado", además de ayudar a ahorrar agua, puesto que para su uso "está todo calculado". El agua enjabonada de la cortina, que solo cae durante tres segundos, sirve también para limpiar el mingitorio en sí, siempre siguiendo una dirección que impide que el agua se salga del inodoro.
Cuando ha terminado de salir el agua, otro sensor activa el sistema de secado, cuya temperatura también según la temperatura exterior, que también dura solo tres segundos y que funciona como un secador de manos. Pero además de sus obvias ventajas para los usuarios, Gevorkyan asegura que el sistema ofrece rentabilidades elevadas a las empresas productoras, puesto que incluye un sistema de doble carcasa que abarata el coste de fabricación.
Miguel Ángel Levanteri comentó que en el proceso de negociación de compra se han introducido algunas modificaciones en el mecanismo inicial, a propuesta de los inversores que se han quedado la patente internacional, y que han formalizado el contrato una vez han podido comprobar que éste se ajusta a sus pretensiones.
"He cumplido mi objetivo, mi deseo siempre ha sido que una empresa española lo fabrique y lo ponga a la venta por lo menos en España. Estoy en conversaciones con un emprendedor para ver si puede hacerlo", comentó, a la vez que explicaba que el acuerdo de venta de la patente internacional le reserva temporalmente los derechos de explotación del urinario en los países de la Unión Europea.
El pasado mes de agosto, los inventores recibieron una oferta por la patente de 680.000 euros de una empresa española que habían dejado aparcada al considerar que contaban con un invento revolucionario. Levanteri no ha querido desvelar las cifras en que se ha cerrado el acuerdo de venta de la patente del mecanismo y se limitó a manifestarse satisfecho, especialmente al tener también la posibilidad de comercializar el urinario en España e incluso en los países de la Unión Europea.
