Las ventas de material de Defensa de España a países de la región del Golfo se elevaron en 2015 a 800 millones de euros. Arabia Saudita sigue siendo su mejor cliente fuera de Europa, según ha publicado el diario El País en una información firmada por el periodista Miguel González. Las compras a España por parte de la monarquía saudita -546 millones de euros- crecieron en 2015 tanto en términos absolutos -250 millones de euros más- como porcentuales -pasa del 9,1 a casi el 15% del total-. Si se suman los demás reinos del Golfo (Omán, Bahrein, Emiratos, Qatar y Kuwait) las ventas de armas españolas en la región llegaron a 715 millones de euros.
Arabia Saudita ha comprado dos aviones de reabastecimiento en vuelo y uno de transporte, con sus correspondientes repuestos, pero también granadas de mortero o munición de artillería por 42 millones. Según el informe de Comercio, “todas las licencias relativas a munición [para Arabia Saudí] fueron acompañadas de certificados de último destino con estrictas cláusulas de no reexportación o uso fuera del territorio del país”.
A Irak, otro país de la zona del Golfo, España ha vendido espoletas de munición de artillería y para armas ligeras y granadas de mortero por más de 80 millones. Además de seis vehículos blindados con brazo robot para desminado por cinco millones. Actualmente las Fuerzas Armadas iraquíes son instruitas por 300 militares españoles.
Tras Irak y Arabia Saudita, y ya al margen de la zona del Golfo, el mayor comprador de munición española es Marruecos. En 2015 adquirió munición de artillería y antiaérea por 21 millones. El resto de su factura, hasta 24,2 millones, incluye piezas de aeronaves, un equipo electroóptico naval y sistemas de visión nocturna.
Por lo que se refiere a Egipto, compró armas españolas por 106,4 millones en 2015. El grueso correspondió a cuatro aviones de transporte (96,7 millones), pero también se vendieron recambios para vehículos de transporte y blindados, cadenas de tanques, repuestos para motores de corbetas y detectores de dispositivos ópticos.
Túnez, por su parte, compró un vehículo blindado, munición de artillería, bombas de aviación y gas de botes lacrimógenos para la policía por 9,9 millones, así como granadas de mano, colorante y aerosoles para antidisturbios por 207.200 euros.
Turquía, socio de la OTAN y del A400M, adquirió un avión de dicho modelo, componentes de motores de buques, direcciones de tiro para fragatas y sistemas de comunicaciones por satélite por 167,9 millones.
España vendió asimismo un sistema de vigilancia para la base de las fuerzas de la OTAN en el aeropuerto de Kabul, en Afganistán (149.300 euros).
El total de las exportaciones españolas de material de Defensa aumentó el año pasado un 16,1%, hasta los 3.720 millones de euros, según las estadísticas de la Secretaría de Estado de Comercio. De esta forma, se superó el bache de 2014, cuando cayeron un 18%, y se situaron muy cerca del récord histórico de 2013 (3.907,9 millones). La mejor muestra del fuerte crecimiento de las ventas de armas es que el Gobierno autorizó operaciones por 10.676,9 millones, casi el tripe que en 2014.
