El Grupo de Homicidios de la Policía Judicial de la Guardia Civil española ha encontrado la mañana de este sábado sobre las 12 horas el cuerpo sin vida de José Luis Barberos, de 59 años de edad, en la cuarta planta del estacionamiento del aeropuerto de Son Sant Joan.
El entrenador de delfines español, ex director técnico de Marineland en Mallorca, conocido por su programa de delfinoterapia, se preparaba para trabajar en Atlanta. Sin embargo, un vídeo en el que se presume lo mostraba maltratando a estos animales se volvió viral en las últimas semanas, aunque la imagen no evidencia que él sea el protagonista.
Estaba previsto que Barbero se convirtiera en vicepresidente del Acuario de Georgia, en Atlanta, hasta que en febrero, salieron a la luz pública varios vídeos de entrenadores de animales que presuntamente golpeaban y pateaban a los delfines. Quienes compartieron los vídeos aseguraban que Barbero era uno de ellos.
Sin embargo, el video tiene una calidad que no permite discernir si se trata de Barbero o no. La imagen es oscura y con mucho grano, y las caras son difíciles de distinguir. Los entrenadores están haciendo movimientos con la mano en dirección de los delfines, pero no está claro si se trata de golpes. La reseña publicada en CNN menciona que la cadena de noticias no pudo confirmar de forma independiente la autenticidad de los vídeos.
El acuario de Georgia ha puesto en duda su legitimidad y ha pedido a los consultores que lo investiguen. Al mismo tiempo, se ha puesto el empleo del Barbero en espera, dijo la portavoz. Se esperaba que el entrenador se incorporara a su nuevo puesto en Atlanta a principios de marzo.
Por otro lado, el empleador de Barbero en España, Marineland Mallorca, niega las acusaciones y planea emprender acciones legales contra los acusadores de Barbero, declararon representantes del Acuario de Georgia.
Barbero, quien aseguró desde el primer momento que se había cometido "una masacre contra él", se encontraba muy afectado por lo sucedido, y denunció ante la Guardia Civil la difusión de aquel vídeo, que según un perito contratado por su abogado, Mateu Cañellas, supone una manipulación "burda y chapucera".
