El Ministerio de Defensa del Gobierno de España ha ordenado la repatriación de una parte de los militares desplegados en Irak como consecuencia de la paralización de las actividades de adiestramiento a las fuerzas de seguridad locales debido a la crisis del coronavirus.
Según ha informado el departamento que dirige Margarita Robles se trata de una decisión que se ha tomado, en coordinación con los países aliados que contribuyen a esta misión, debido a la paralización de las actividades de entrenamiento que los militares españoles llevaban a cabo con el Ejército iraquí. En total volverán cerca de 200 efectivos, que forman parte de la Coalición Internacional contra el Daesh y la misión de la OTAN (NMI). Una vez vuelva la normalidad las tropas españolas regresarán, indicó Defensa.
La decisión, que adelantó Vozpopuli, se ha adoptado ante la necesidad de adaptarse a la nueva situación provocada por la extensión de la pandemia y en consonancia con la actuación del resto de la coalición. El repliegue afecta en concreto a los adiestradores y se mantendrá el resto de capacidades militares.
La retirada, que se producirá en los próximos días, incluirá a los instructores militares españoles, a los 15 guardias civiles y a los 35 militares portugueses destacados con los españoles en la base de Besmayah, a 50 kilómetros de Bagdad.
Las autoridades iraquíes ya han comunicado que no piensan enviar nuevos efectivos para que sean instruidos hasta que acabe el Ramadán, el 23 de mayo, por lo que se han quedado sin nada que hacer y Defensa ha decidido repatriarlos. El resto de los militares españoles, hasta un total de 523, seguirán en Irak, incluidos los seis helicópteros de transporte (tres Chinook y tres Cougar) en la base de Taji.
