Permítidme hacer confluir dos épocas de Sharjah muy alejadas en el tiempo ahora que celebra la X Bienal de la Caligrafía. El emirato fue antaño rico por el cultivo de perlas, un trabajo artesanal minucioso, delicado, paciente y arduo que con el transcurrir del tiempo daba como fruto una rica perla. Hoy, en el siglo XXI, Sharjah es valiosa porque, con el coraje de los valientes, cultiva el arte de cuidar de verdaderas perlas: los cultivadores del arte, artesanos de las letras, propagadores de cultura.
Todas las salas de la exposición que se lleva a cabo en el Museo de la Caligrafía contienen obras que merecerían horas y horas de placenteros diálogos con sus autores. Son perlas, metáfora de algo raro, fino, admirable y valioso.
Gracias a todos los que han hecho posible esta Exposición de Caligrafía en Sharjah, han demostrado que son un buen receptáculo de perlas auténticas, quizás porque la Historia les ha enseñado que cuanto más tiempo permanece la perla en su concha (arropada), más capas de nácar se depositan sobre ella y mayor es su valor.
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Bachar Okdek es periodista invitado a la Exposición de Caligrafía de Sharjah.