sábado. 27.04.2024

Los Hijos de la Panela

"La panela hace parte de gastronomía colombiana en múltiples formas, como edulcorante reemplazando al azúcar, ingrediente de postres y dulces tradicionales o en forma de bebida"
Panela, alimento colombiano

Cualquier lector colombiano entenderá el título de este artículo. Pero amigos de otros países quizás necesiten algo más de ilustración como el director de EL CORREO DEL GOLFO, Rafael Pérez Unquiles, quien hace unos años durante una feria de alimentos celebrada en Dubái se interesó mucho en la panela, uno de los símbolos colombianos por excelencia y producto que se exhibía en dicha feria.

La panela es el resultado de secar el jugo de la caña de azúcar a altas temperaturas hasta que se solidifica en unos moldes de diversas formas como tabletas o ladrillos. La panela es originaria de América Latina y recibe diversos nombres como papelón, raspadura, piloncillo, atado dulce y otros. En la India, Pakistán y Sri Lanka también se produce recibiendo nombres como guro jaggery. De hecho, actualmente la India es el primer productor mundial de panela y Colombia el segundo.

Los colombianos somos hijos de la panela, no en vano pasamos de la leche materna al tetero (leche combinada con agua de panela), bebida que además podría competir por su sabor con el café, el chocolate o el té. La panela hace parte de gastronomía colombiana en múltiples formas, como edulcorante reemplazando al azúcar, ingrediente de postres y dulces tradicionales o en forma de bebida, llamada “agua de panela”, que tanto fría o caliente y con limón, puede usarse como refrescante o medicina. La panela cuenta con propiedades nutricionales al contener proteínas, minerales y vitaminas.

Los “escarabajos”, legendarios ciclistas colombianos que empezaron a ser conocidos en Europa en los años ochentas del siglo pasado, lo hicieron impulsados por ese endulzante y alimento natural, era su único “doping” con el bocadillo veleño (otro dulce colombiano que proviene de la guayaba nostálgica). Los deportistas colombianos que subían montañas a punta de panela, ignoraban que se enfrentaban a atletas que efectivamente sí estaban impulsados por sustancias químicas y métodos prohibidos, como se demostró posteriormente, pero esa es otra historia.

Si alguien en Colombia, al menos en la parte andina del país, se siente enfermo, con una gripa, no hay nada mejor que tomarse en la noche agua de panela caliente con limón, ponerse a sudar cual desesperado y amanecer como nuevo a la mañana siguiente. Así que si alguien por estos días de cambios de temperatura en los Emiratos Árabes Unidos se encuentra afectado por la gripe, lo ideal es buscar una panela colombiana y un limón.

Si bien al café de Colombia, el mejor café suave del mundo, lo llevamos en el corazón, no podemos negar que la panela circula por nuestras venas.

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Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera y escritor por vocación. Esta columna de opinión se publica en el blog que el autor lleva con sus apellidos literarios en el diario El Espectador de Bogotá: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/

Los Hijos de la Panela
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