sábado. 27.04.2024

Entre paréntesis

"Algo tan sencillo como masticar se convierte en una pequeña tortura: la querida Tere me hizo recordar que en el pasado a estos aparatos se les llamaba frenillos”
Los adultos mayores que necesitan el uso de frenillos aguardan con ansiedad el día en  quedar liberados de esas pequeñas cadenas que aprisionan los dientes y poder nuevamente sonreír sin vergüenza y comer sin dolor. (pxhere.com)
Los adultos mayores que necesitan el uso de frenillos aguardan con ansiedad el día en quedar liberados de esas pequeñas cadenas que aprisionan los dientes y poder nuevamente sonreír sin vergüenza y comer sin dolor. (pxhere.com)

Estoy de regreso en Bogotá y una de las ventajas de retornar a mi ciudad, es cumplir con citas médicas de todo orden, como las odontológicas, aprovechando nuestra excelencia en los temas de salud. Justamente mi odontólogo de cabecera, luego del examen de rigor, me ordenó un tratamiento de ortodoncia, porque detectó lo que se denomina una mordida cruzada que con el tiempo, podría afectar incluso los huesos de la mandíbula. Pensando en mi salud, acepté el tratamiento mencionado.

Para quienes no estén habituados, con este tipo de tratamientos, se trata de implantar unos apliques odontológicos, que suelen ser metálicos o de otro material resistente que ayudan a corregir la posición de los dientes. Ahora bien, en adultos mayores, como es mi caso, cuando uno pasa de los cincuenta, puede resultar algo exótico aparecer con estos dispositivos, que suelen estar asociados con los niños y jóvenes y en ocasiones relacionados con la estética y apariencia personal.

En mi caso es un tema de salud oral, que como bien se sabe es el origen de la salud general del cuerpo, porque buena parte de las enfermedades se originan o en lo que comemos o en la falta de cuidado de los dientes y la boca en general. Ahora tengo un elemento común con mi sobrina Sara Lucía quien hasta hace poco llevaba ese tipo de tratamiento. La verdad es un procedimiento doloroso, especialmente los primeros días, mientras uno se acostumbra al mismo. Como al final, es un tema de mover los dientes, algo tan sencillo como masticar se convierte en una pequeña tortura. Así que va mi solidaridad con todos los que están compartiendo este tratamiento odontológico y todo el reconocimiento a profesionales como mi odontólogo Jaime Zuluaga y mi ortodoncista Liliana Hernández, quienes han realizado su mejor esfuerzo para que sea lo menos traumático para un viejo como yo. 

Ahora bien, es muy interesante lo que ocurre con la identificación de ese procedimiento de ortodoncia, todos, al menos en Colombia, lo llamamos con un nombre en inglés, “brackets” que literalmente en español significa soporte o paréntesis (corchete). Lo mejor de todo es que en inglés no se utiliza la palabra “bracket” sino “brace”, la cual significa abrazadera o tirante. 

Sin embargo, la querida Tere, la señora que nos ayuda en familia en diversos temas, me hizo recordar que en el pasado a estos aparatos se les llamaba “frenillos”, lo cual tiene mucho sentido, pero supongo que en algún momento, a alguien no le pareció que ese nombre fuera lo suficientemente atractivo y prefirió una denominación en inglés que ni siquiera es la apropiada. Es decir que estamos ante una paradoja lingüística, como esas que le gustan a Don Daniel Samper Pizano

Al final, la lengua también se afecta, con estos pequeños aparatos. Así que, en lugar, de titular esta nota, como la había pensado originalmente “Entre brackets”, vamos a utilizar su traducción como paréntesis, así no sea la que más se “ajuste” a la realidad.

Sin embargo, la sensación del paciente con estos adminículos, es en cierta forma estar entre un paréntesis, al menos, hasta el día en el futuro en que nos liberen de estas pequeñas cadenas que aprisionan nuestros dientes y podamos nuevamente sonreír sin vergüenza y comer sin dolor.

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Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera, escritor por vocación, lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios, en el cual escribe de todo un poco: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/  En Twitter (a ratos muy escasos) trina como @dixonmedellin.

Entre paréntesis
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