Lynda Carter, no era un nombre cualquiera para la generación de jovencitos de los años setenta y ochenta, era un motivo. Motivo de inspiración en todos los sentidos. En mi caso, el primer amor platónico de varios que tuve en la adolescencia (por aquí ya he recordado a Lucero, la bella y talentosa cantante mexicana), porque fui muy promiscuo… en mi imaginación, claro está.
Lynda Jean Córdova Carter, nació en Phoenix, Arizona, en el seno de un hogar conformado por un padre de raíces británicas e irlandesas y una madre con antepasados mexicanos, desde joven hizo honor a su nombre y se inscribió en concursos de belleza, siendo elegida Miss Estados Unidos y siendo finalista en Miss Mundo 1972, aunque su vocación era el canto, de hecho, se había iniciado cantando en grupos escolares, lo que mantuvo incluso cuando estuvo en la Universidad de Arizona.
Gracias al concurso de belleza, Lynda Carter adquirió notoriedad nacional en Estados Unidos, lo que le facilitó ingresar al mundo del espectáculo, aprovechando que había tomado clases de actuación, no faltaron las propuestas para pequeños papeles en películas y programas de televisión, hasta que llegó su oportunidad dorada, protagonizar la 'Mujer Maravilla', serie que estuvo en el aire desde 1975 a 1979 en dos cadenas diferentes, ABC y CBS. Un éxito portentoso que todavía resuena hoy día, pues la Mujer Maravilla, como dice el comediante colombiano Antonio Sanint, nos convenció de algo que parece increíble, que una mujer detuviera las balas, poniendo en riesgo lo más preciado, sus joyas.
La carrera de Lynda Carter como actriz en Hollywood, no prosperó como pudo haber sido, en parte por sus problemas con el alcohol, situación que afortunadamente para ella y su familia superó, gracias al apoyo de su segundo esposo, ya fallecido, pero también porque se mudó de Los Ángeles a Washington, en donde viviría plácidos años con los suyos. En los últimos años ha regresado a las pantallas, incluyendo un breve rol en la nueva versión cinematográfica de la 'Mujer Maravilla'.
La faceta que Carter siempre ha mantenido es la de cantante, grabando discos y realizando conciertos, a los que asisten, no sólo quienes desean disfrutar sus canciones, sino ver de cerca a la Mujer Maravilla, la real y única, para millones de aquellos jovencitos que suspirábamos al frente de una pantalla de televisión. Pero se le suman, todos aquellos colectivos, por los cuales ella ha sido una defensora constante, como los derechos de las mujeres y del grupo LGTBI. La política no le ha sido extraña y es activa portavoz del partido Demócrata, siendo amiga cercana de Hillary Clinton.
Siempre me he preguntado, cómo no llegó la censura familiar a mi casa, que me permitía ver en las vespertinas tardes domingueras a una exuberante mujer, preciosa ella que salía buena parte del programa con poca ropa. Creo que porque a todos, incluyendo a mi madre-abuela Carmen, nos gustaba, pues Lynda Carter no sólo era una actriz muy bella, sino muy simpática, en su mirada, en sus gestos, en su actuar. Con un especial talento para la comedia. Una mujer, no sólo de belleza fulminante, sino talentosa, inteligente, amable y comprometida.
"Si llegara a leer esta nota en el futuro, decirle que para millones de colombianos y de latinos en general, es un orgullo que ella no sólo represente el legado hispano en Estados Unidos, sino que defienda a los migrantes"
A Lynda Carter, siempre la recordaremos, como se lo expresaron los periodistas colombianos de la W Radio que la entrevistaron hace algunos años. Una mujer que mientras hacía suspirar a los chicos, inspiraba a las chicas, demostrándoles que una mujer podía ser protagonista de películas o series de superhéroes, porque como ella ha declarado tantas veces, las mujeres son las verdaderas heroínas con todo lo que deben hacer a diario para sostener un hogar.
Lynda Carter entiende español, así que si por alguna extraordinaria circunstancia, llegara a leer esta nota en el futuro, decirle que para millones de colombianos y de latinos en general, es un orgullo que ella no sólo represente el legado hispano en Estados Unidos, sino que defienda a los migrantes que buscan promesas rotas y sueños para una mejor vida.
Para quienes nunca han escuchado a Lynda Carter como cantante, aquí les dejamos su voz, tan acicalada para el jazz o la balada (ojalá algún día cante algo en español, un bolero o un bambuco colombiano, por ejemplo, sería un éxito), su imagen nos quedará para siempre:
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Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera, escritor por vocación, lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios, en el cual escribe de todo un poco: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/ En Twitter a ratos trina como @dixonmedellin