domingo. 28.04.2024

Madrid

"Deseaba poder encontrar pronto a su alma gemela y formar una familia en España, el país que no la había visto nacer pero al que sentía como si fuese el suyo propio"

El madrileño barrio de Malasaña. (EL CORREO)
El madrileño barrio de Malasaña. (EL CORREO)

Pasaba el día cocinando aquellos platos tan ricos que su abuela le enseñó cuando era pequeña. Llevaba  20 años viviendo en España y le encantaba aquel país. Su familia soñaba con volver a Perú, pero ella quería quedarse en Madrid.

El hogar no tiene por qué ser el lugar donde naciste, debe ser aquel lugar donde te sientes como en tu propia casa, solía decirle a su madre cada vez que le insinuaba que debían volver cerca de los abuelos.

Celia soñaba con abrir su propio restaurante de comida peruana. Consiguió terminar sus estudios de cocina en aquella prestigiosa escuela y trabajó en muchos restaurantes, pero no quería trabajar para otros.

Mamá, no pienso regresar. Aquí tengo todo lo que quiero y lo que me hace feliz, amigos, trabajo, seguridad….

Celia trabajó día y noche, ahorró todo lo que pudo y pidió un pequeño préstamo al banco para abrir su restaurante.

Mamá regresó cerca de los abuelos por Navidad, su alma  pertenecía a otro mundo, se estaba haciendo mayor y soñaba con volver a respirar el aire fresco cerca de Los Andes.

Celia, cariño, no olvides que te estaré esperando con los brazos abiertos si decides venir a casa – le dijo antes de partir.

El vuelo con destino a Cuzco salió en punto. Mamá cerró los ojos mientras iba sentada en el avión y se dijo así misma: paciencia y fe, espero que todo salga bien. Después de 40 años volvería a ver a los suyos.

Celia rezaba todos los días por su familia que estaba tan lejos, por su negocio y sus platillos. Deseaba poder encontrar pronto a su alma gemela y formar una familia en España, el país que no la había visto nacer pero al que sentía como si fuese el suyo propio.

Y años después cumplió todos sus sueños. Su restaurante atrajo a una gran clientela, su marido de nacionalidad española y sus dos hijas ayudaban en el restaurante los fines de semana…

¿Crees que mamá entenderá alguna vez por qué no quise regresar con ella? – le preguntaba a su marido con frecuencia.

Madrid había conquistado su corazón, con mucho ceviche y pisco sour.

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