sábado. 27.04.2024

El viejo cementerio de Alepo se llenó hace un año. El nuevo, la semana pasada. Ahora los muertos se dejan en las calles de la ciudad sitiada, enterrados en los patios traseros de las casas o abandonados en los depósitos de cadáveres.

Según informa el diario Gulf News, fuentes médicas asignaron una nueva parcela para los muertos. Pero ahora ya no pueden cavar tumbas con las tropas del gobierno y la oposición luchando en Alepo oriental y los bombardeos a los civiles que huyen.

"No tenemos más espacio", dijo Mohammad Abu Jaafar, el jefe de la Autoridad Forense Local. Su departamento está tan abrumado, que se ha solicitado al personal no recibir más cuerpos.

"No tengo las máquinas precisas para hacer una excavación para un enterramiento colectivo", manifestó en una entrevista telefónica.

La dignidad a la hora de la muerte se ha perdido en el lugar controlado por los rebeldes desde hace cuatro años.

El coordinador de Ayuda de Emergencia de la ONU, Stephen O'Brien solicitó este miércoles el acceso al este de Alepo, el hogar de algunas de 275.000, "antes de que sea un cementerio gigante".

En cierto modo ya lo es. Los cuerpos han sido olvidados en las calles. Ambulancias y vehículos de rescate no pueden llegar a ellos, ya que o bien han sido blanco de los enfrentamientos o se han quedado sin combustible.

La batalla por Alepo sigue provocando masivas protestas internacionales por la muerte de cientos de civiles y el éxodo de otras decenas de miles.  Dividida desde el 2012 entre un sector rebelde (este) y uno gubernamental (oeste), Alepo se convirtió en el principal frente del conflicto sirio, que causó más de 300.000 muertos en cinco años.

Con el fin de reconquistar toda la ciudad, el régimen lanzó el 15 de noviembre una brutal ofensiva para eliminar a los rebeldes de los barrios del este. Desde entonces murieron 310 civiles, incluidos 42 niños, en el este de la ciudad, y en el oeste fallecieron 65 civiles, entre ellos 28 menores, por disparos rebeldes, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).

Este sábado, ataques aéreos del régimen en la zona rebelde dejaron al menos tres muertos y 10 heridos en el barrio de Chaar, según esta fuente y cinco personas murieron por disparos rebeldes en los sectores controlados por el Gobierno, informó la agencia oficial Sana. En la última semana, más de 50.000 residentes del este de Alepo huyeron de sus barrios a causa de los combates callejeros, indicó el OSDH.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) está especialmente preocupada por la suerte de los 19.000 niños, que figuran entre los que se huyeron desde el 24 de noviembre. "Lo más urgente es proporcionar toda la ayuda que tanto necesitan estos niños y sus familias", declaró en Ginebra Christophe Boulierac, portavoz de Unicef. "Es una carrera contrarreloj, el invierno ya está ahí", advirtió.

En Alepo ya no caben más muertos
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