El presidente estadounidense, Donald Trump, había discutido con vehemencia contra la intervención militar en Siria, pero cuando vio las imágenes fantasmales de los niños que murieron por un ataque químico este martes, todo cambió.
Unos minutos bastaron a Trump para erigirse en guardián del orden mundial, el presidente preguntó a sus asesores e inmediatamente se centró en llegar al fondo de quién era el responsable de la masacre, según informa el Asesor de Seguridad Nacional, teniente general McMaster.
Trump ordenó los ataques aéreos en el campo de aviación militar de al-Shayrat cerca de Homs este jueves en un acto de venganza por el ataque químico, que EEUU concluyó fue ejecutado por el presidente sirio Bashar Assad.
Cuando Trump vio las imágenes de un padre con uno de sus gemelos envenenados en cada brazo, se decidió a actuar.
En sus declaraciones pronunciadas la noche del jueves, Trump resaltó que "fue una muerte lenta y brutal para muchos. Incluso los bebés fueron asesinados cruelmente en este ataque. Ningún hijo de Dios debe sufrir nunca tal horror".
Los analistas consideran que Donald Trump logró este jueves su primera victoria política con el ataque sorpresa al régimen de Bachar el Asad. 59 misiles Tomahawk arrasaron la base áerea de Shayrat (Homs) en represalia por el bombardeo con armas químicas que el martes acabó con 86 vidas. Un golpe de precisión que tensa la relación con Moscú y lanza una clara advertencia a Irán y Corea del Norte: EEUU disparará contra quien cruce sus líneas rojas.
Con las imágenes de los niños gaseados en la retina, Trump recibió por primera vez un amplio respaldo dentro y fuera de su país.
